-
Arquitectos: kurosawa kawara-ten
- Área: 66 m²
- Año: 2022
-
Fotografías:Chiba Masato
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Proyectamos una casa de fin de semana para una pareja de ancianos en un sitio con una pendiente pronunciada que estaba al borde de un complejo de viviendas unifamiliares suburbanas en Kisaradu, Chiba, Japón. La primera vez que la visitamos, habían muchas flores, plantas crecidas y árboles frondosos. El espacio tenía una naturaleza rica que rara vez se ve en una zona residencial suburbana tan antigua. El propietario lleva una década dedicándose a la jardinería y haciendo picnics en un fogón recurrentemente, alimentando el deseo de construir algún día una casa donde poder descansar. Esperaban poder disfrutar de un fin de semana tranquilo comiendo verduras frescas del huerto, pasando un rato frente al fuego y durmiendo antes de volver a la ajetreada Tokio.
El plan partió de la petición del propietario de "diseñar una casa bonita", recordando su esperanza de entrar a estudiar arquitectura cuando era adolescente. Entonces decidimos introducirlo en la arquitectura, en su historia y estilos, buscando un plan para construir una casa bonita de forma conjunta. Encontramos tres conceptos importantes para diseñar la vivienda: una proporción única que no se viera en casas normales, vistas al exterior y huellas mínimas que evitaran matar la vegetación existente. Además, el propietario necesitaba las paredes para poner las obras de arte que tiene y quería que sus hijos visitaran la casa con gusto para las reuniones familiares. La implantación se limitó al terreno disponible, evitando árboles y plantas. Pensamos, y la mejor manera de maximizar la superficie, fue haciendo la primera planta más pequeña y la segunda en voladizo. Juntando los espacios húmedos en la compacta primera planta y colocando el salón en la segunda, creamos una habitación con mucho espacio y una hermosa vista a la verde ladera. También planeamos el espacio de la azotea porque había posibilidad de ver el paisaje de la bahía de Tokio.
Desgraciadamente, el plan sufrió una situación debido a la escasez de madera causada por la pandemia del COVID-19. Por otra parte, sabemos por la situación de la silvicultura local que hay algunos problemas como la propagación de enfermedades y árboles descuidados destruidos por un enorme tifón en 2019. Hay muchos árboles talados sin ningún plan de distribución al mercado. Entonces decidimos intentar utilizar estos árboles para construir la casa. El proceso era el siguiente: el sindicato forestal cortaba los árboles, luego los llevábamos a secar, más tarde llevábamos la madera cortada a la fábrica para su precorte y, por último, montábamos la casa en obra. A los constructores, acostumbrados a construir con madera barata importada o distribuida en el mercado, les parecía difícil y complejo. Pero fue bastante fácil utilizar los árboles locales para construir la vivienda. Sustituir la madera laminada por maderas raras como grandes vigas, hizo que el ambiente fuera rico, y también utilizar esas maderas como revestimiento exterior hizo que el conjunto fuera especial.
Aunque el segundo piso en voladizo hecho con una estructura de madera era muy difícil de planificar, el arquitecto de estructuras respondió con gruesas cerchas de madera que hacían que el lado del talud fuera abierto y rígido, y el otro lado, se hizo con chapas estructurales para darle resistencia. Colocando los vidrios en los triángulos formados por las cerchas, las vistas desde el interior eran únicas. Estas cerchas a la vista, se utilizan como estantes para la cocina o para colgar la hamaca. La mayoría de los acabados interiores se muestran debido a la estricta limitación del presupuesto. Queda a la vista el espacio gris y de madera, la losa de la fundación, las placas de yeso, las placas de fibra estructural, y las chapas estructurales. La pared exterior del primer piso es de paneles de madera, y el segundo piso es de paneles galvanizados para facilitar el mantenimiento por el anciano propietario en el futuro.
Poco a poco, nuestra sociedad se aleja de la rica naturaleza con la que antaño soñaban las ciudades jardín. Sucesivamente, de generación en generación, se van haciendo parcelas cada vez más pequeñas, talando los árboles del jardín y sustituyéndolos por una capa de hormigón. Es muy rico y lujoso pasar el tiempo con un pequeño fuego, oliendo a tierra y hierba. Con esta casa creemos que el tiempo de calidad que se pasa en un retiro suburbano es mucho más gratificante que el que se pasa en complejos de lujo una vez al año.