Cuidar una planta no siempre es fácil, hay especies que necesitan ser regadas a diario, mientras que otras pueden pasar una temporada más larga sin ningún contacto con el agua. Buscando esto último, es posible crear un paisajismo que reduzca considerablemente el mantenimiento -incluyendo la cantidad de podas y riegos, por ejemplo- y el consumo de agua, facilitando la existencia de verde sin mayores dolores de cabeza: un jardín seco.
Un jardín seco es aquel en el que se seleccionan plantas que rara vez necesitan riego y que se adaptan a climas más áridos, como la sabana, el interior y el mediterráneo, por citar algunos. Ejemplos de posibles especies incluyen agaves, cactáceas y suculentas, pero también es posible traer flores y árboles, siempre que tengan raíces profundas y puedan adaptarse mejor a este tipo de paisajismo que recibirá menos agua.
Es importante recalcar que antes de planificar un jardín seco, se deben conocer las condiciones bioclimáticas del lugar donde se instalará: evaluar la cantidad de luz solar y natural, el volumen de lluvia y la temperatura promedio durante el año. Con esta información, puedes hablar con un experto para entender qué plantas se adaptarán mejor al espacio.
Si vives en un área que pasa por largas sequías, como sucede en las regiones central y nororiental de Brasil, siempre vale la pena elegir plantas locales, que tendrán un ambiente más seguro y también servirán mejor a la fauna local. Al hacer esto, estarás generando una forma más sostenible de transformar el paisaje, también conocida como Paisajismo Naturalista.
Además, vale recordar que es posible utilizar diferentes elementos naturales como arena, piedras y rocas, así como artesanías en forma de jarrones de cerámica o fibras naturales para componer con la vegetación. A través de estos componentes es posible crear un arreglo espacial más elaborado que integre el jardín con la arquitectura.
Nota del editor: este artículo se publicó originalmente en portugués el 29 de septiembre de 2022.