El estudio holándes OKRA landschapsarchitecten ha sido galardonado con el Premio Europeo del Espacio Público Urbano 2022 por su proyecto de recuperación del canal Catharijnesingel de la ciudad de Utrecht en Países Bajos. Siendo una iniciativa del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), esta undécima edición recibió 326 proyectos desde 35 países diferentes mostrando aquellos problemas que deben afrontar las ciudades europeas y proponiendo algunas soluciones en el marco de un contexto post-pandemia focalizado en el cambio climático y en cómo volver a las ciudades más habitables.
Tras 23 años de historia y 11 ediciones, el Premio Europeo del Espacio Público Urbano busca reconocer a las mejores propuestas de creación, transformación y recuperación de espacios públicos en las ciudades europeas, que comparten algunos rasgos históricos como la escala humana, la compacidad y la mixtura de usos.
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De acuerdo con el criterio del jurado internacional presidido por Teresa Galí-Izard e integrado por Hans Ibelings, Eleni Myrivili, Andreas Ruby, Paloma Strelitz y Špela Videčnik con el apoyo de Lluís Ortega, la obra de reconstrucción del canal y la recuperación del parque lineal resultan “una intervención modélica para la supervivencia de nuestras ciudades en la nueva era climática”, que forma parte de una transformación urbana mucho más amplia dispuesta a recuperar elementos del pasado de la ciudad para emprender el futuro.
Presentándose como un espacio placentero y lúdico para sus habitantes, el canal volvió a sus condiciones originales después de ser reemplazado por una autopista durante más de 50 años. De esta manera, la intervención del estudio OKRA landschapsarchitecten ha logrado disminuir el tráfico de vehículos priorizando la peatonalidad y la interacción social tanto en el canal Catharijnesingel como en el parque Zocherpark. En este último, se han incorporado una amplia variedad de árboles para conectar el nuevo parque con el ya existente.
Actuando como un nuevo hábitat para los seres vivos, también se priorizó la porosidad y la biodiversidad entendiendo el rol crucial que juega la propuesta para el desarrollo de la resiliencia urbana, al aumentar la capacidad de la ciudad para combatir las altas temperaturas, las tormentas e inundaciones. Además, la recuperación del agua y la vegetación colaboran a capturar el carbono y reducir la contaminación.
Se han seleccionado, por ejemplo, árboles de flor única que atraen a las abejas y abejorros, con el objetivo de mejorar la biodiversidad y ofrecer experiencias distintas durante las estaciones del año. Utilizando materiales como los ladrillos clínker y la grava, se genera una conexión visual con el centro histórico de la ciudad. Una superficie de madera se puede utilizar como asiento, stand o escenario junto al muelle existente y un tramo inferior de la misma funciona para los piragüistas y usuarios de los paddles y otras embarcaciones.
Bajo la premisa fundamental de recuperar el agua, el proyecto permite que los habitantes de Utrecht recuperen la relación histórica de la ciudad con el agua y el canal, pudiendo realizar actividades recreativas, deportivas, acuáticas y demás. Sus visitantes pueden pasear por las praderas entre las obras de arte, las zonas de descanso y una gran variedad de plantaciones con múltiples especies. Abarcando 1,1 km de longitud, la restauración del último tramo del canal ha logrado devolver 40.000 m3 de agua alcanzando actualmente los 6 km de extensión.