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Arquitectos: trespes.arquitectos
- Área: 164 m²
- Año: 2021
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Fotografías:Iván Casal Nieto
" Los recuerdos son como las plantas: hay algunos que deben eliminarse rápidamente para ayudar al resto a desarrollarse, a transformarse, a florecer." Marc Augé. Las formas del olvido. Pág. 23. Gedisa. 1998
La edificación principal, retranqueada de la calle, se dispone en dos plantas. La planta baja, la más antigua, construida hace más de 150 años, con muros de carga de piedra de espesor de 75 cm. está muy transformada y alberga la sala y la cocina. La panta superior, fruto de una intervención posterior, se encuentran los dormitorios. Esta edificación se adapta totalmente a la topografía lo que provoca un salto de cota a mitad de planta de 36 cm.
En la parte posterior de la vivienda está la eira un espacio compartido con la vivienda colindante, en el fondo de este espacio el alpendre, un espacio de almacenaje.
Por último, se encuentra la huerta, con un limonero y un naranjo que custodian los pies de un hórreo que evoca su pasado. La huerta se comunica con la carretera principal mediante una servidumbre de paso.
La actuación marca una cota cero habitable, formada por la planta baja de la edificación principal, la eira, y el alpendre. La accesibilidad a esa cota se resuelve en el patio de entrada mediante un acceso rápido, escalera y una rampa que contornea un espacio libre que se puede utilizar para estacionamiento.
Los clientes marcar desde el inicio sus prioridades, conservar y poner en valor la edificación existente. La propuesta se adapta a esos límites y crece, la vivienda se expande hacia arriba disponiendo dos habitaciones en la primera planta y otra en el bajo cubierta. Para poder situar el tercer dormitorio se reduce la altura en el baño a 2.20, dejando que las habitaciones, de reducidas en dimensiones en planta, tengan un generoso volumen.
Las comunicaciones verticales se resuelven con escaleras de un solo tiro, en planta primera se adosa a esta un gran escritorio de 5 metros de largo. El Altillo nunca llega a las fachadas dejando pasar luz y generando un gran espacio de relación entre las antesalas de los cuartos, al final del recorrido se sitúa una red/hamaca para el disfrute de la lectura viendo el cielo a través de la perforación de la cubierta.
En el patio se encuentra el alpendre, que se limpia y se construye una fachada en celosía de madera, similar a la de los antiguos palleiros. La gran portada está formada por dos partes de dimensiones similares, una fija, donde se sitúa la puerta de acceso y otra móvil que corre sobre la fija y abre el espacio cubierto sobre la eira. En él se disponen, aparte del espacio de celebraciones, la zona de lavado y secado de ropa, un baño y un almacén.