-
Arquitectos: Roldán Arquitectos
- Área: 1110 m²
- Año: 2022
-
Proveedores: URREA, Cumulo Macetas, Icon Stone, Lagar Cocinas Funcionales, Mabe, Stanza, Studio Barro, Zeraus Iluminación
Descripción enviada por el equipo del proyecto. En una calle de poco tránsito y en un predio irregular donde estaba una casa abandonada se decidió proyectar un edificio de departamentos, esto dentro de una colonia reconocida por su arquitectura funcionalista y regionalista: la Americana.
El bloque de 4 niveles que separamos claramente de la casa vecina descansa sobre la planta baja del edificio, reduciendo su huella en el extremo lateral poniente y en la parte posterior sur, permitiendo así el asoleamiento y una filtración de luz cenital por el ingreso peatonal que va cambiando a lo largo del día, haciendo del entrar y salir del edificio un recorrido agradable. A su vez la planta baja permite la transmisión de cargas del bloque superior al nivel de sótano que exigía una configuración distinta en su estructura por la irregularidad del predio aunado a la necesidad de albergar un número determinado de cajones de estacionamiento.
Sobre la diagonal al oriente del predio se proyectó la rampa vehicular junto a la rampa del edificio vecino, por lo que de esta manera se absorbe el triángulo que se forma en el predio y nos permite separar de una manera contundente el ingreso peatonal.
En la colindancia posterior, la parte más irregular del predio conservamos un muro de adobe perteneciente a la finca original, que logra integrarse al diseño quedando como testigo del tiempo.
Se distribuyen ocho departamentos, dos por nivel, de 75m2 aprox. para una o dos personas donde un baño y centro de lavado son los únicos espacios que se esconden detrás de muros y puertas, el resto funciona como un espacio abierto, amplio, versátil, con una altura de tres metros que se puede configurar conforme a las necesidades de cada usuario.
El quinto nivel está ocupado por un penthouse con dos terrazas que ven hacia la calle y que al mismo tiempo dotan de privacidad al interior y permiten que el espacio se abra discretamente a la ciudad.
La apariencia y estética del edificio se logró a través de una textura y matices que nos da la cimbra del concreto, mismo que se pigmentó con un color tierra el cual determinó la paleta de colores y materiales como el barro, mármol y madera.
Así Luna 1807 se convierte en una propuesta de vivienda vertical que ayuda a la renovación del entorno inmediato ofreciendo espacios amables, dignos y que proporcionan tranquilidad y seguridad a sus habitantes.