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Arquitectos: Felipe Combeau + Andrea Murtagh
- Área: 460 m²
- Año: 2021
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Fotografías:Cristóbal Palma
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Ubicada a dos horas en coche de Santiago, en la exclusiva localidad de Zapallar, esta casa de fin de semana fue diseñada para potenciar la vida familiar y su conexión con su contexto natural y el agradable clima mediterráneo de la costa central de Chile. Esta casa combina valores clásicos y modernos para configurar un conjunto sobrio y atemporal, diverso y simple, capaz de resistir la erosión del mar y también las modas arquitectónicas.
La arquitectura de esta casa fue fuertemente determinada por tres características específicas del terreno. La primera es la pendiente existente del 20%. La segunda es que, a pesar de estar a solo 200 m de la costa, las vistas al mar son acotadas debido a la topografía y una casa vecina que bloquea parcialmente las vistas al poniente. Y la tercera es que el norte, y por lo tanto el mayor asoleamiento es perpendicular a las vistas al mar. Frente a estas tres condiciones, el proyecto primero configura una plataforma de corte y relleno fundamental para emplazar la casa y su respectiva expansión exterior. En segundo lugar, el programa se ordena y orienta para permitir selectivamente las vistas al mar (recamara principal y terraza jardín principal) y por otro articula una secuencia de espacios interiores y exteriores para potenciar la vida al exterior con diferentes orientaciones, vistas y asoleamiento.
El programa está dividido en tres edificios para crear una especie de “casa-aldea” de manera de separar adecuadamente las funciones y de articular masa y vacío y como consecuencia configurar múltiples y diversas experiencias para estar y recorrer. El edificio más grande de dos plantas, contiene tres recamaras para los hijos en el primer piso con vistas hacia el sur. El segundo nivel se ubica la recamara principal, baño principal y una sala de televisión en una planta libre rodeada de un peristilo con vistas por sus cuatro costados. El segundo edificio más grande contiene un amplio living y comedor que se abre generosamente en sus lados largos para expandirse hacia las terrazas y jardines exteriores y también para recibir el sol del norte y la brisa costera del sur. El tercer y menor volumen es de dos pisos y contiene la cocina en la planta baja y una recamara para niños con literas en el segundo nivel. Estos tres edificios se organizan en torno a un patio central de 7x7 m rodeado de un corredor o deambulatorio que permiten diferentes maneras de circular y traspasar la casa y también de conectar y articular diferentes espacios exteriores perimetrales al edificio.
Una tectónica estricta y ascética buscó articular un repertorio clásico sin caer en anacronismo. A través de un sistema de muros estructurales masivos, ejes mayores y menores, simetrías, la repetición, el poché, patios, llenos y vacíos, jerarquías, proporción de las ventanas, equilibrio entre centro y periferia, y también a través de la selección de tres materialidades dominantes: estucos marmolinos, granito aserrado de la localidad para los pavimentos y madera de haya para las puertas, mobiliario en obra, pisos y plafones.