La forma en que planificamos nuestras ciudades, suburbios y comunidades rurales es un conjunto de objetivos en constante evolución esencial para crear ciudades sostenibles. No solo debemos considerar lo que se encuentra dentro de estas áreas, sino que también debemos diseñar de manera efectiva los límites entre cada una, donde lo urbano se encuentra con lo suburbano y donde lo suburbano se encuentra con la pequeña ciudad. En los últimos años, los urbanistas han prestado mucha atención a la expansión urbana, o lo que a veces sucede cuando los pueblos crecen rápidamente hacia el exterior de los centros de las ciudades. ¿Qué sucede cuando las ciudades parecen “descontrolarse” y los principios de diseño detrás del Nuevo Urbanismo son capaces de convertir la expansión urbana en comunidades equitativas?
El Nuevo Urbanismo es un enfoque de planificación que surgió como una alternativa a los patrones de expansión urbana que se volvieron típicos del desarrollo posterior a la Segunda Guerra Mundial. Al reintroducir conceptos para crear bloques transitables, viviendas de tamaño medio y servicios como supermercados, escuelas y restaurantes en las proximidades, Nuevo Urbanismo brinda a los espacios a escala humana un lugar más allá de los núcleos urbanos. Estos desarrollos casi se asemejan a mini ciudades, con políticas de rezonificación que crean vecindarios diversos con el objetivo de estar a solo cinco minutos a pie desde el centro hasta el borde más lejano. Los ideales del Nuevo Urbanismo se capturan en un manifiesto que establece sus principios y objetivos para el futuro.
Por otro lado, la expansión urbana se ha producido en gran medida debido al crecimiento descentralizado. Si bien no existe una definición única, muchas personas lo describen ya sea estéticamente o a través de patrones de calles y viviendas. La expansión es el resultado de muchas fuerzas socioeconómicas y culturales. Por ejemplo, en los últimos dos años, hemos visto a personas mudarse de áreas urbanas para escapar de áreas altamente densas a lugares donde las personas pueden tener más espacio, los valores de las propiedades son más bajos y la calidad del transporte tiende a ser mejor.
Urban sprawl costs the American economy more than US$1 trillion annually. Americans living in sprawled communities directly bear an astounding $625 billion in extra costs. And ALL Americans bear the other $400 billion more. Via @NewClimateEcon @LitmanVTPIhttps://t.co/LmByfyd3Nw pic.twitter.com/kLTTDBZltJ
— Brent Toderian (@BrentToderian) February 9, 2020
Muchas casas en estas áreas son casas unifamiliares de baja densidad que se asientan sobre pequeños lotes excavados, con patios privados y calles sinuosas sin salida. La densidad en estas áreas está representada por el tamaño medio de lote, el número de viviendas en un vecindario determinado o el tamaño medido de estas unidades unifamiliares. Las áreas de expansión urbana también dependen en gran medida de los automóviles privados, incluso para viajes cortos, ya que estos vecindarios no están diseñados para ser transitables. Muchas calles están inconexas y no están planificadas en un patrón similar a una cuadrícula fácil de navegar. Estas áreas también cuentan con desarrollos de "centros comerciales" o desarrollos de "cintaurón", en los que las propiedades comerciales y los servicios flanquean los lados de las calles principales y están frente a enormes estacionamientos. Estos centros comerciales a menudo se componen de supermercados, tiendas de conveniencia, grandes minoristas y cadenas de comida rápida.
La raza también se ha considerado un factor del aumento de la expansión urbana. La reubicación de los residentes de clase media y alta de las áreas céntricas es lo que a menudo se denomina “fuga blanca” y puede conducir a áreas dispersas adicionales y valores de propiedad más bajos dentro de las ciudades. En términos de edad, las familias más jóvenes tienden a mudarse a los suburbios donde pueden vivir en lotes más grandes en comunidades más tranquilas. Estas áreas son donde las personas pueden pagar el sueño americano de ser propietarios de una vivienda en un vecindario de baja densidad.
Filadelfia, que había visto una expansión urbana y un desarrollo exterior bastante significativos, adoptó una nueva visión sobre cómo establecer los límites por donde la gente podía moverse. Originalmente diseñada como una ciudad compacta confinada por ríos al este y al oeste, la expansión inicial de la ciudad se dio en forma de desarrollos industriales y pequeños vecindarios cerca de ellos donde los residentes caminaban al trabajo. Muchas personas no adoptaron los tranvías y las líneas de ferrocarril, pero encontraron valor en vivir más lejos cuando las calles pavimentadas se volvieron más comunes. Junto con la propiedad privada de vehículos, la gente comenzó a abandonar el centro de la ciudad en favor de los suburbios. Con el tiempo, la ciudad floreció con viviendas de posguerra e incentivos fiscales que alejaron a la gente. Ahora, para combatir el rápido crecimiento suburbano, la ciudad ha establecido espacios abiertos protegidos, donde no se pueden construir nuevas viviendas o servicios. En cambio, estas áreas protegidas se transformaron en parques estatales y locales, áreas de vida silvestre, tierras de cultivo y servidumbres de conservación. Además, estas áreas más pequeñas han explorado formas de depender menos de los automóviles y del transporte público.
El Nuevo Urbanismo y otras políticas de planificación urbana tienen como objetivo reducir los impactos negativos del crecimiento urbano insostenible y arbitrario. Al planificar los diseños espaciales y anticipar el crecimiento de la población en el futuro, el desarrollo puede volverse más reflexivo y el uso de la tierra más intencional. El Nuevo Urbanismo, con su énfasis en las previsiones de zonificación, los límites de crecimiento, los desarrollos de viviendas de tamaño medio y los vecindarios peatonales es uno de los marcos más sólidos que tenemos para contener la expansión urbana.
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