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Arquitectos: Taller de Arquitectura Miguel Montor
- Año: 2022
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Fotografías:Onnis Luque
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El crecimiento de la planta de manufactura de herramientas Truper ha aumentado significativamente en los últimos años, por ende su matrícula creció y con ella la necesidad de incrementar sus instalaciones, como comedores industriales, oficinas, estacionamientos, etc. Dentro de todas estas necesidades hay una muy importante para la empresa que es el bienestar de los trabajadores y sus familias. En la planta contaban con una cancha donde frecuentemente se llevaban a cabo torneos organizados por el sindicato. Ante la necesidad de espacio se tomó la decisión de ocupar y gestionar ese terreno por lo que surgió la necesidad inmediata de reubicar esa cancha. Se buscó llevar la intención más allá de una cancha y generar un centro deportivo y de bienestar para los trabajadores. En este centro contarían con la posibilidad de tener acceso a canchas de frontón, básquetbol, fútbol, voleibol, gimnasio al aire libre y techado, así como actividades de taller como pilates y yoga. También contarían con un consultorio médico. Los trabajadores podrán llevar a su familia a las instalaciones para que disfruten realizando actividades deportivas y recreativas, como asados y picnics, generando así un lugar de esparcimiento de alto nivel. De ahí es que surge la idea de gestionar este centro deportivo.
Parte del reto fue encontrar la ubicación idónea para un programa de esta magnitud ya que por su naturaleza era indispensable contar con un terreno extenso para situar las canchas. Lo planteamos en el extremo de la planta ya que podía tener conexión directa a la carretera, pero también podía llegar a tener conexión interna con la planta. También se tomó en cuenta que el terreno tuviera una condición que favoreciera el emplazamiento del programa. Gracias a la naturaleza escarpada del terreno elegido resultó sencillo emplazar canchas al no tener que mover preexistencias ya que antiguamente el terreno era un campo de cultivo.
Al encontrarse en un valle sin construcciones la intervención busca ser casi imperceptible volumétricamente y así manifestar la importancia del paisaje horizontal y que el edificio no entorpeciera la vista llana del contexto. Tomamos la decisión de que la parte construida del programa se gestionara debajo del nivel cero y que ahí se albergaran los talleres, gimnasios, servicios y el consultorio.
La idea era que el edificio no contrastara teniendo como fin ser lo menos invasivo, planteamiento de gran peso para la compañía ya que al ser una industria por lo general sucede lo contrario. El elemento construido surge como un suaje en el suelo, esto nos llevó a generar una hendidura en donde se desarrollan los espacios construidos del programa. Buscábamos que los visitantes percibieran una huella de herencia prehispánica en su recorrido entre escalinatas y aterrazamientos que bajan poco a poco. El visitante llegará al sitio y al transitar se irá encontrando con el lugar al ser gradualmente contenido dentro de este. Buscamos hacer patios al horadar el suelo, esto llevó a que los talleres se sintieran como si fueran parte del terreno desde un inicio. Generamos grandes placas y patios que se van bordando con losas ininterrumpidas, acompañando el recorrido de vacíos a través del juego de superficies horizontales. La sensación prehispánica se volvía más presente por medio de los recorridos, la tectónica, el sonido y el vacío.
Utilizamos para la intervención del terreno concreto pigmentado en el tono de la piedra de la zona con un fin de asemejarse a la tierra del piso del lugar. Utilizamos piedra laja en el piso para que se siguiera sintiendo natural. Hay épocas del año en las que el paisaje caduca en tonos ocres y es de este modo que se vuelve más notorio como se pierde la edificación.
Con el fin de que todo el terreno se viva peatonalmente a lo largo de las canchas se distribuyeron una serie de kioscos. Generamos estos kioscos con la identidad de la industria, usando vigas como las que se usan en las naves. Esta materialidad tiene el mismo lenguaje, pero empleado de una manera delicada sin nodos ni tornillería visible. Aunado a esto, optamos por usar en estos elementos el color rojo óxido para que le diera contraste a la vegetación y al paisaje. De la misma manera diseñamos el equipamiento para las canchas como las bancas y los lugares de descanso.
Trabajamos en un proyecto pensando siempre en que teníamos la oportunidad de hacer una especie de land art tectónico en donde siempre consideramos que era mucho más importante el espacio no construido que el construido.