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Arquitectos: Carlos Castanheira
- Área: 816 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Fernando Guerra | FG+SG
Salto al vacío. Tras la reestructuración de la bodega Quinta da Faísca, surgió la necesidad de pensar en el alojamiento de los visitantes. La tierra estaba ocupada. Casi todo. Con el viñedo y las casas y bodega existentes. Algunos olivos y muchos almendros. Sólo quedaban los espacios donde es -casi- imposible plantar vides y la vista casi infinita.
Esa vista tuvo que ser llevada a los alojamientos. Todo. O al menos lo más posible. Una losa de hormigón apoyada en el suelo y sostenida por vigas metálicas creó la veranda sobre la que se construyeron cuatro pequeños pisos. Suspendido en el paisaje que entra y nos proyecta en el vacío. Casi un salto.
Todo en madera. Estructura de las paredes que se mezclan con los techos. Marcos de ventanas y revestimientos exteriores. Cubierta e impermeabilización de zinc. Exquisito trabajo de metal.
Todo ejecutado con cuidado y gran profesionalidad. Un rigor exigido y comprendido. Los cuatro pisos pueden interconectarse, creando diferentes configuraciones y organizaciones. Versatilidad de ocupación y uso. Sobre el baño y la cocina, un altillo se abre al salón, proyectándose al vacío.
En el exterior, los caminos son de hormigón lavado y el jardín es de pizarra y árboles autóctonos. Seca, muy seca, es esta región vinícola del Alto Duero.
Una piscina, en el que los huéspedes pueden refrescarse, restaura antiguas y hermosas piedras de granito. Cuatro pequeñas playas permiten disfrutar del aire libre. Al este, en una terraza que domina el paisaje, una mesa de madera de diez metros de largo permite sentarse y beber, protegida por una parra.
Todo ese vacío nos llena. El buen vino y el paisaje ondulado que nos recuerda que el Duero, el río, está ahí abajo y es el responsable de ese Salto al Vacío.
No es difícil hacer Arquitectura en un lugar tan hermoso. Está ahí.
Sólo tienes que dar el salto.
Gaia, 17 de agosto de 2022. Carlos Castanheira