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Arquitectos: Guillaume Ramillien Architecture
- Área: 1595 m²
- Año: 2021
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Fotografías:Pascal Amoyel
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La reconstrucción in situ del centro sociocultural Le Cèdre, enriquecido con nuevos servicios para los jóvenes y las familias, es la última "pieza" del proyecto de recalificación urbana y paisajística de ANRU para el barrio de Hauts d'Asnières.
En él se reúnen todas las funciones sociales, culturales y simbólicas del barrio con el objetivo de poner en común los recursos -humanos, materiales y energéticos- y favorecer sus sinergias. Situado en la parcela trapezoidal, la figura del edificio en forma de S organiza los distintos polos del programa -infantil/juvenil, familiar, de servicios/mediación y artístico/cultural- en sus alas alrededor del atrio central. También cualifica los espacios abiertos del recinto y preserva su patrimonio arbóreo.
Al plegarse, la arquitectura ofrece un "lugar para estar" para tres jardines en torno a los cedros conservados: una zona de juego libre, un huerto compartido y un jardín de sombra. Estos jardines son un complemento de los espacios públicos predominantemente minerales del barrio.
El centro comunitario y juvenil se orienta hacia la calle Henri Poincaré, arteria principal del barrio, mientras que el auditorio es directamente accesible desde el Parvis en una lógica de "plaza del pueblo". El ala central se organiza en torno a una gran galería en forma de "foyer" que es la pieza central del proyecto. Conecta los espacios interiores y exteriores, y da servicio a todo el programa desde su atrio de triple altura.
Frente a las perturbaciones climáticas, el proyecto cuestiona los fundamentos y los contornos de una nueva estética ecológica con la elección de la madera -abeto y abeto douglas-, la construcción y el bioclimatismo. La arquitectura expresa la racionalidad estructural de su construcción. La necesidad eficiente de los elementos prefabricados produce un orden de postes y vigas que la orientación de las aberturas, el revestimiento de ladrillo blanco y la pendiente de las cubiertas de zinc sitúan y distinguen. Dirigidas a los espacios públicos, las fachadas de ladrillo blanco afirman el carácter perenne e institucional del edificio, mientras que en los espacios ajardinados protegidos, la madera revela el carácter cálido y rítmico de la estructura del edificio.