"Crear una ciudad equitativa implica que cada ciudadano tenga satisfechas sus necesidades", dice la arquitecta Wanda Dalla Costa en un momento en que las metrópolis están experimentando muchos cambios. Los arquitectos y el público comenzaron a reconocer el diseño de espacios públicos orientado al género. En todo el mundo, históricamente, las áreas urbanas han sido un lugar de discriminación y peligro para la comunidad LGBTQ+. Por otro lado, el género se puede evidenciar en espacios públicos que promuevan la visibilidad y la interacción entre las personas. Un arduo desafío recae sobre arquitectos y planificadores: diseñar ambientes justos y espacios equitativos.
Uno de esos espacios públicos, que parecen más privados, son los baños compartidos. Cuando se trata de la inclusión de género, los baños han enfrentado resistencia y un acalorado debate. Para las personas transgénero, la decisión de usar el baño de hombres o de mujeres puede ser difícil, incluso dañina. Casi el 70% de las personas transgénero, en particular las mujeres trans, han sufrido acoso verbal en baños separados por género, mientras que casi el 10% denunciaron agresión física. Los activistas han propuesto la idea de baños "neutrales al género" para evitar tales atrocidades, y los prototipos están aumentando rápidamente en países como Estados Unidos, Canadá, China, India, Nepal, Tailandia, Brasil y Japón.
El baño de género neutral es simplemente un baño público accesible diseñado para ser utilizado por cualquier grupo de género. Puede adoptar la forma de baño de un solo uso, similar a los de las casas particulares, o como baño compartido. Los baños de un solo uso tienen un diseño simple -un lavamanos y un inodoro cerrado en un entorno privado. Esta tipología mantiene la privacidad del usuario y ha funcionado bien en entornos compartidos. Los baños públicos colectivos, por otro lado, requerían modificaciones en sus diseños para abordar mejor las preocupaciones del público.
La vacilación es un obstáculo importante detrás de la aceptación generalizada de los baños neutrales en cuanto al género. Después de todo, históricamente, los baños separados por género han sido la norma. El cambio de opinión sobre las normas de género ha impulsado un cambio hacia instalaciones unisex, lo que revela el malestar de algunas personas con la idea. Las preocupaciones en torno al concepto surgen de una amenaza percibida a la seguridad y la privacidad, especialmente cuando se trata de niños no acompañados.
La vergüenza hacia otros géneros también mantiene a las personas escépticas sobre la experiencia de un baño comunitario. Las mujeres pueden sentirse incómodas al arreglarse frente al espejo o atender sus necesidades en baños unisex. También pueden encontrar desagradables los baños públicos por razones higiénicas. Las personas con "vejiga tímida" pueden sentirse cohibidas con otros grupos de género en dichos entornos.
El baño de género neutral parece un desafío en algunos países debido a las diferencias culturales con respecto a el pudor, el género y la segregación de género. Muchas religiones y culturas prohíben compartir espacios íntimos con personas no emparentadas del sexo opuesto. Los prejuicios sociales en torno a la menstruación también pueden obstaculizar la amplia aceptación internacional del inodoro neutral en cuanto al género.
Cuando se trata de la seguridad del usuario, el otro lado del debate es un buen caso. Los baños de género neutro no solo brindan experiencias seguras para usuarios trans y no binarios, sino también para niños y adultos mayores. Los cuidadores pueden acompañar a sus dependientes al baño y ayudarlos más fácilmente. Los baños neutrales en cuanto al género también permiten la crianza equitativa al hacer que los vestidores y los comedores sean accesibles para las madres y los padres.
Una larga fila suele preceder a la puerta del baño de mujeres, pues las mujeres generalmente pasan más tiempo en el baño debido al cuidado de los niños, la menstruación, el mal diseño del baño y la escasez de cubículos. El baño segregado por género tiene entre un 20% y un 30% más de cubículos para hombres que para mujeres. Los baños neutrales igualan la cantidad de inodoros, equipando las instalaciones más cabinas a disposición de las mujeres.
Los baños neutrales al género son más económicos al reducir el área que normalmente estaría ocupada por dos retretes separados. Menos accesorios y equipos también reducen la cantidad de tiempo y el dinero gastado en limpieza y mantenimiento. Las facturas de luz y agua también se reducen.
El debate destaca el tema fundamental en torno a este tema de equidad social: el diseño del baño. Hasta ahora, no ha habido una estandarización del diseño o un conjunto de reglas sobre qué es exactamente lo que hace que un baño sea neutral en cuanto al género. Se prestó poca atención al diseño de espacios basados en las diferentes necesidades de los grupos de género. Estos problemas y preocupaciones han dado forma a los programas de necesidades que tienen como objetivo crear experiencias de baño éticas y cómodas para todos.
Entre los ejemplos recientes, los arquitectos de WorkAC colaboraron con una organización de estudiantes queer para diseñar un baño con inclusión de género en el Centro de Estudiantes de la Escuela de Diseño de Rhode Island en Estados Unidos. Desarrollado a partir de un enfoque de diseño agnóstico de género, el equipo propuso un conjunto de seis baños cerrados alrededor de un baño común. Cada baño contiene un espejo, un estante y una pequeña lámpara, lo que permite momentos de privacidad.
Stalled! fue un paso más allá y diseñó prototipos de baños seguros, sostenibles e inclusivos para personas sin importar su edad, género, raza, religión y habilidades motoras. El equipo interdisciplinario ofrece un conjunto de pautas para el diseño de baños inclusivos en línea. Los prototipos abordan los problemas que enfrentan las madres lactantes, las personas que necesitan administrar medicamentos o realizar ritos religiosos y las personas con dificultades motoras.
La mayoría de los baños multigénero son de diseño abierto para crear un espacio común más concurrido y visible, lo que garantiza la seguridad del usuario. Pueden tener entradas de vidrio transparente o no tener puertas. Los tabiques y las puertas de los cubículos pueden ir desde el suelo hasta el techo, y los urinarios pueden tener tabiques para mayor privacidad. Los espacios comunes muestran una combinación de elementos presentes en baños segregados por género y neutrales al género, con el objetivo de satisfacer las necesidades de todos.
Al diseñar espacios inclusivos y seguros, es fundamental integrar al usuario final en el proceso de planificación. Involucrar a diferentes grupos de personas trae diferentes puntos de vista a la mesa de diseño, a menudo en tensión. Los arquitectos pueden contribuir a los problemas sociales ofreciendo un oído imparcial a las demandas y diseñando espacios que buscan beneficiar a todos los usuarios. No hay buen diseño sin debate.
