-
Arquitectos: LGZ Taller de Arquitectura
- Área: 325 m²
- Año: 2022
-
Fotografías:Idea Cúbica
-
Proveedores: Caesarstone, Firenze, CTS Cement, Los Patrones
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La casa Privada Sierra Madre apuesta por la vivienda en el centro de San Pedro Garza García, municipio en la Zona Metropolitana de Monterrey, México, busca convivir e integrarse con las construcciones aledañas, tanto como aportar con el tejido social existente. El Casco Urbano es un barrio vibrante, con mixtura social de viviendas, pequeños negocios y oficios; cercana a la nueva Vía Libre, calle completa con carriles ciclistas y banquetas y cruces seguros para el peatón; a media cuadra de una estación de transporte público; y a unas cuadras de distancia de parques y espacios públicos renovados.
Desde el exterior, la casa busca integración plástica de su fachada con las construcciones aledañas existentes: las líneas compositivas de cada uno de los tres niveles corresponden con las de sus vecinos. La fachada integra cortasoles que permiten la vista a la calle desde cada uno de los tres niveles, pero protegen el interior de la incidencia solar hacia el sur. La protección solar se complementa con aislamiento térmico en muros y losas de azotea, así como en los vidrios dobles de fachadas y tragaluces, que buscan inundar la casa de luz natural.
En el primer nivel, en el acceso entrando de la cochera se ubica un bastonero, útil en el contexto Covid, para dejar abrigos o zapatos contaminados antes de entrar a la casa. Posteriormente, se abre una gran área social que incluye cocina, comedor, sala, y vista hacia el jardín y terraza exterior. Una bodega y baño de visitas se esconde en un muro de madera bajo las escaleras.
Subiendo al segundo nivel, se encuentran tres habitaciones, con área de trabajo, vestidor y baños completos, así como un área de limpieza y blancos. El tercer nivel cuenta, además de área de servicio y lavandería, con un amplio family room y terraza familiar con vista hacia las imponentes cimas de la Sierra Madre Oriental y la Huasteca.
A nivel ambiental, el proyecto opta por una fachada hacia el sur definida por cortasoles, que permitan la vista a la calle, pero tamizando la luz solar antes de que llegue al interior. La luz natural es aprovechada en los interiores mediante tragaluces que, al igual que las ventanas principales, cuentan con una película inteligente que rechaza la energía térmica, permitiendo el paso de la luz visible. La construcción contempla también aislamiento térmico en losas, aspecto indispensable en el noreste mexicano, para evitar el gasto energético en verano. Los jardines fueron plantados con especies nativas de bajo requerimiento hídrico para su mantenimiento, y se instaló también un sencillo sistema de captación de aguas pluviales para uso en riego y limpieza.