Del 5 al 15 de mayo, la Plaza Real de Barcelona se transformó en uno de los centros de debates en torno a arquitectura y ciudad del Festival MODEL. La instalación efímera "Ocupar el Centro con la Palabra", llevada adelante por la Facultad de Diseño e Ingeniería ELISAVA bajo la dirección de Roger Paez, en conjunto con Manuela Valtchanova, Albert Fuster y Toni Montes, buscaba "generar unas condiciones óptimas en las que se puedan producir tanto encuentros como desacuerdos - siempre a través de la palabra".
En conversación con Roger Paez, comenta que "nos interesa este tipo de espacio público donde el conflicto existe, se entiende, se asume y entendemos que esto tiene una condición creativa muy importante. No estamos buscando espacios públicos de consensos absolutos, sino espacios públicos donde desde el disenso, desde el conflicto argumentado, podamos experimentar, inventar y crear nuevas forma de urbanidad".
"Se trata de un sistema parcialmente fijo y parcialmente móvil generado a través de tablones de madera reutilizados. La parte fija cubre el monumento central. La parte móvil es la parte que permite una configuración radical del espacio. Es un diseño que es un sistema abierto, muy flexible, y que permite de un modo muy simple e inmediato reconfigurarse como más le convenga a cada uno de los artistas, arquitectos, activistas y quien sea que utilice este espacio para tomar el centro con la palabra".
Entre algunas de las diversas actividades que ocurrieron aquí, se encontraba una selección de 90 publicaciones de arquitectura presentada por la comisaria Ethel Baraona; "Ciutat Safareig", un divertido lugar para chismorrear que tomó forma de Poly Klyn organizado por Haz Arquitectura; y "Be water, they said — From tap to taste" de Raquel Coll Juncosa junto Sacha Hickinbotham, una investigación desplegada en el dispositivo experiencial de una cata de aguas colectiva de las fuentes públicas de la ciudad, entre otros.
A continuación, les presentamos un texto de los propios autores.
La tradición argumentativa que fundamenta la democracia tiene uno de sus orígenes en la estructura hoplita, el círculo de iguales que definía un centro vacío que se ocupaba por aquella persona que, temporalmente, tomaba la palabra. El concepto que permite esta organización es la isegoría, o igualdad de discurso. La reunión de la ekklesia ateniense en el Pnyx es una formalización temprana de este diagrama relacional, caracterizado por dejar el centro vacío para ser ocupado por cualquier ciudadano, temporalmente, con la palabra.
Frente a este modelo pluralista y también agonista de plaza como espacio abierto, encontramos un modelo que se esfuerza por la plaza como espacio cerrado, monopolizando el espacio público con monumentos de significado único. Los regímenes imperiales, absolutistas y totalitarios, se caracterizan a menudo por la sistemática ocupación del centro de la plaza con monumentos que enaltecen a personas o valores dominantes. La erección, por parte de Richelieu, de una estatua ecuestre de Luis XIII en el centro de la Place des Vosges para 'ennoblecer' los usos de un espacio público que entonces acogía un mercado, que se consideraba demasiado popular por el carácter representativo de la plaza, es un ejemplo patente.
Defendemos el espacio público como un espacio de vida, en lugar de un espacio de mera representación. Es ese deseo que nos mueve a cubrir la fuente de Les Tres Gràcies, ocupando temporalmente el centro de la Plaza Real con una estructura que fomenta su apropiación por parte de cualquier ciudadano que quiera tomar la palabra. 'Ocupar el centro con la palabra' tiene un sentido tan infraestructural como simbólico—es un sistema espacial que facilita el debate transformando temporalmente el espacio público y, al mismo tiempo, es un manifiesto por una ciudad abierta y un espacio público agonístico.