Crisis climática: Una advertencia para los asentamientos latinoamericanos

El IPCC publicó su último informe sobre la crisis ambiental, "Cambio climático 2022: impactos, adaptación y vulnerabilidad". Las nuevas observaciones advierten que se deben tomar acciones con prioridad urgente en la adaptabilidad del entorno construido, indicando que a nivel mundial el crecimiento más rápido de la vulnerabilidad urbana ha sido en los asentamientos informales y no planificados, y en centros urbanos pequeños a medianos en países donde la capacidad de adecuación es limitada debido a sus ingresos. Una situación que es recurrente en América Latina.

El año pasado, el IPCC publicó la primera parte del sexto informe de evaluación (AR6), que explicaba las bases detrás del cambio climático e instaba a tomar medidas inmediatas y a gran escala para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con el objetivo de evitar superar el umbral de 1,5 grados centígrados. El informe advirtió sobre las consecuencias perjudiciales si el calentamiento global fuera más allá de ese número, destacando los "riesgos irreversibles" que reducirán cualquier oportunidad de asegurar un futuro sostenible para los seres vivos.

En este segundo reporte, los 18 capítulos y los 7 documentos transversales realizados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático evaluaron los impactos del cambio climático en la naturaleza y la humanidad, junto a sus capacidades y límites para la adaptación. Entre los apartados, se incluyó información sobre ciudades, asentamientos e infraestructura clave (especialmente en relación a las que se encuentran junto al mar), sobre pobreza, medios de subsistencia y una evaluación sobre los riesgos en América Central y del Sur.

¿Cuál es el escenario para Latinoamérica?

A través de una ficha informativa para América Central y del Sur, se indica que las regiones se encuentran "altamente expuestas, vulnerables y fuertemente impactadas por el cambio climático, situación amplificada por la desigualdad, pobreza, crecimiento poblacional y alta densidad poblacional, cambio de uso de suelo -particularmente deforestación- con la consecuente pérdida de biodiversidad, degradación del suelo y alta dependencia de las economías nacionales y locales de los recursos naturales para la producción de productos básicos".

Se indica que las áreas urbanas de la región tienen una infraestructura desigualmente distribuida, sumado a un déficit habitacional y la recurrente ocupación de áreas de riesgo. Una condición que al mismo tiempo se ve potenciada por la inestabilidad política e instituciones gubernamentales que sufren de corrupción, débiles en gobernanza y capacidad reducida de financiamiento.

Sobre las opciones para la adaptación, se hace énfasis en una actuación crítica a múltiples escalas a nivel político incluyendo la participación de actores de todos los grupos sociales, incorporando a los más expuestos y poblaciones vulnerables. Al mismo tiempo, resulta interesante el aumento de los enfoques de investigación que integran el conocimiento indígena y los sistemas locales de conocimiento con las ciencias naturales y sociales, que parecieran estar ayudando a mejorar los procesos de toma de decisiones en la región.

Los Andes, el noreste de Brasil y los países del norte de Centroamérica América se encuentran entre las regiones más sensibles a los cambios relacionados con el clima. Sequías, tormentas tropicales y huracanes, fuertes lluvias e inundaciones son los factores climáticos más comunes en relación a la migración y los desplazamientos de personas.

Para gestionar los riesgos en los asentamientos costeros y garantizar la resiliencia, los autores del informe sugieren una combinación de intervenciones socioculturales, basadas en la naturaleza y en la infraestructura. Estas soluciones incluyen "desalentar los desarrollos en áreas de alto riesgo, construir de forma elevada y lejos del mar". Otras soluciones incluyen la implementación de una gobernanza de la zona costera a varios niveles y la alineación de los recursos financieros.

Vanesa Castán Broto, del Grupo II del IPCC, señala como punto aparte en su publicación Lastres para la acción climática en las ciudades que al mismo tiempo los impactos del cambio climático se combinan con otros procesos de urbanización, con "un efecto multiplicador, que a menudo tiene ramificaciones mas allá del contexto urbano. Por ejemplo, las temperaturas extremas agravan fenómenos urbanos como la contaminación y el efecto isla de calor, con consecuencias inmediatas para la salud pública y la economía".

Si bien la adaptabilidad en los asentamientos mencionada en el nuevo informe de IPCC es crucial para responder al cambio climático, es importante entender que la industria de la construcción es una de las mayores productoras de CO2. El sector es responsable de un 39% de los gases de efecto invernadero emitidos, y puede contribuir de manera significativa a reducir el cambio climático. Aunque se ha avanzado mucho en la tecnología y en los procesos de diseño y construcción, todavía queda un largo camino por recorrer para reducir al mínimo las emisiones de carbono en el desarrollo de los hábitats construidos.

Sobre este autor/a
Cita: Fabian Dejtiar. "Crisis climática: Una advertencia para los asentamientos latinoamericanos" 05 mar 2022. ArchDaily México. Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/977679/crisis-climatica-una-advertencia-para-los-asentamientos-latinoamericanos> ISSN 0719-8914

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