La Casa de la Música Húngara de Sou Fujimoto, un hito cultural contemporáneo dedicado a la música en el Parque de la Ciudad de Budapest, ha abierto oficialmente sus puertas al público. Considerado como uno de los edificios más esperados del año, el proyecto está implantado entre los árboles del parque, y está diseñado como una extensión de su entorno natural mediante volúmenes acristalados ininterrumpidos y una estructura de techo perforada. El museo ofrece una experiencia artística única que combina paisaje, arquitectura y diseño de exposiciones, todo ello dedicado a la creación de música y sonido.
Para reforzar la noción de "sinergia y equilibrio con la naturaleza" y dar vida a la experiencia de la música a través de la interacción de la luz, el sonido y la naturaleza, los arquitectos utilizaron 94 paneles de vidrio personalizados, aislados térmicamente y sin divisiones, para formar una fachada completamente translúcida, fusionando el exterior con el interior. La estructura de la cubierta del edificio está perforada con 100 agujeros en forma de cráter, inspirados en la forma variable de las ondas sonoras. El tejado alterna sus profundidades, lo que permite que los árboles se integren en la arquitectura al tiempo que filtra la luz en el nivel inferior del edificio. La penetración de la luz crea una atmósfera única, como si los visitantes estuvieran caminando bajo los árboles dentro del espacio interior.
El proyecto, de 9.000 metros cuadrados, cuenta con salas de conciertos, espacios de exposición y un escenario al aire libre que llevan a los visitantes a un viaje por la historia de la música europea y muestran la historia de la música pop húngara de 1957 a 1993. La planta baja alberga dos salas de espectáculos, mientras que la planta superior incluye aulas, una biblioteca y espacios de oficina, conectados a través de una escalera de caracol. Los niveles subterráneos contienen espacios de exposición que destacan la historia de la música europea, con especial atención al legado húngaro.
Una de las características más destacadas del museo es la cúpula sonora semiesférica, inspirada en el compositor del siglo XX Karlheinz Stockhausen, que creó la primera experiencia auditiva en 3D en forma de sala de conciertos esférica en la Exposición Mundial de 1970 en Osaka (Japón). La estructura ofrece una experiencia totalmente inmersiva de un sistema envolvente de 360 grados que acoge hasta 60 visitantes. El sonido se emite desde todas las direcciones a través de más de 31 altavoces, creando paredes de sonido que parecen hologramas.
Prestando especial atención a las credenciales de sostenibilidad del edificio, el proyecto ha obtenido la certificación BREEAM, ya que está equipado con sistemas especiales de calefacción y refrigeración, sistemas de recogida de agua de lluvia, así como una selección de especies vegetales autóctonas y de bajo consumo de agua.
El museo forma parte del proyecto Liget Budapest, el mayor desarrollo cultural de Europa, y pretende transformar los espacios museísticos del siglo XXI para convertirlos en un destino de turismo cultural líder en Europa.