El concurso privado de anteproyecto arquitectónico para los laboratorios técnicos de la Empresa de Acueductos y Alcantarillados de Bogotá EAAB-ESP se realizó con el objetivo de llevar adelante la ejecución del diseño arquitectónico, la coordinación arquitectónica y técnica de los estudios y la elaboración de los diseños de ingeniería de los laboratorios. A localizarse en la ciudad de Bogotá, el concurso fue promovido por la misma empresa y asesorado por la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA).
Dentro de los criterios de evaluación, se tuvieron en cuenta algunos conceptos como la integración con el contexto urbano, la articulación público-privado, la accesibilidad, la funcionalidad y espacialidad en los componentes arquitectónicos, la implementación de criterios bioclimáticos y de sostenibilidad contemplando el asoleamiento, las ventilaciones, controles de ruido y/o humedad, entre otros. Entre las 17 propuestas presentadas, se otorgaron tres premios y dos menciones honoríficas. A continuación, presentamos los trabajos premiados.
Primer Premio
- Arquitectos Diseñadores: Arqs. Aldo Marcelo Hurtado y Carlos Hernan Betancourt
- Coordinador: Arq. Josman Rojas Montes
- Colaboradores: Arqs. Sofía Zuluaga, Diego Alzate, Daniel Giraldo, Jessica Rojas, Daniela Camargo, Nathalia Cruces, Manuela Fernandez, Maria Jose Gallego
- Practicante: Arq. José Alejandro Ocampo
Descripción por los autores. En Colombia el agua está en todas partes, es el recurso más abundante, pero también el más amenazado. En el campo, el agua ha sido controlada, explotada y contaminada por la ganadería extensiva y la minería extractiva, por los monocultivos agrícolas, la desforestación y el narcotráfico, entre otros. Y en las ciudades, por la desatención a lo ambiental, ha sido desplazada con intervenciones cada vez más indiferentes al orden natural.
Equilibrar la relación entre los sistemas urbanos y naturales, implica retomar una mirada sobre el agua para entenderla en su capacidad transformadora. Debemos promover nuevas formas de relacionarnos con el agua en el territorio, ya que ignorar su naturaleza, olvidando sus dinámicas y temporalidades, ha sido la alteración de todo en nuestras ciudades.
La fábrica del agua. En Colombia, cerca del 70% de la provisión del agua depende de los páramos que ocupan una superficie cercana al 3% del territorio. Son ecosistemas vitales para mantener los ciclos del agua, porque permiten la transformación de la niebla en recurso hídrico que a su vez almacenan y regulan, para luego generar el nacimiento de lagos y ríos y, por ende, el abastecimiento de los embalses y acueductos de nuestras ciudades.
El origen de la sabana de Bogotá es acuático, y sus aguas provienen de los páramos. El 75% del territorio bogotano, es una zona rural que limita con los páramos de Chingaza y de Sumapaz, el más grande del mundo. Es importante entender la ciudad como un evento más del ciclo hídrico perpetuo que deviene de los páramos, transformando el territorio incesantemente, y alterándolo todo en su camino, incluyendo la vida de sus habitantes.
Bogotá, ciudad de las aguas. En Bogotá, el agua está en el comienzo y en el final. Ha sido huella y olvido. Para los Muiscas era un elemento sagrado, relacionado con la concepción de la vida y con el equilibrio natural.
“Es evidente, pues, que, el factor natural más importante para el desarrollo del hombre en la Sabana de Bogotá es el agua” (Guhl, 1975).
Para los Bogotanos hoy, este recurso natural no es mucho más que un servicio público limitado, que gran parte de la población no puede pagar. Un “derecho” fundamental amenazado por la falta de seguridad hídrica y, en consecuencia, alimentaria. Una crisis que empieza y termina en el olvido que es hoy el rio Bogotá, el más contaminado del país, cuya continuidad ecosistémica desde los páramos a 3.400 msnm, termina en una sábana acuática envenenada por el agua de la ciudad a los 2600 msnm.
Por esto, los nuevos laboratorios de la EAAB son la oportunidad para demostrar que los edificios pueden mejorar la relación entre la arquitectura y el lugar, promoviendo la conciencia ambiental y reduciendo sus impactos negativos en el hábitat. Este edificio es portador de un mensaje de renaturalización en la ciudad, asumiendo funciones de regeneración y purificación del agua.
Un sentido anfibio del espacio. De la misma manera que una ciudad emerge de una sábana acuática entre pastos, humedales y lagunas. El nuevo edificio de laboratorios EAAB promueve una estrecha relación entre lo seco y lo húmedo. Un edificio pleno del lugar y consciente del clima, con un espacio anfibio que representa la convivencia con el paisaje acuático y su biodiversidad, siendo soporte de los procesos de regulación y depuración del agua pertinentes para una ciudad que apuesta por un futuro más sostenible.
El agua como recurso del proyecto. La sabana es un sistema acuático seco húmedo, que alterna lagunas y humedales con praderas. Al ser un manto horizontal dominado por el agua actúa como una esponja, regula la permanecía del agua depurándola lentamente. Estos procesos naturales son análogos a los sistemas urbanos de drenaje sostenible, por lo que proponemos un espacio público que alterna los distintos ámbitos de encuentro ciudadano en medio de humedales, estanques y jardineras de prados y malezas, para recrear el bioma de la Sabana. Más allá de su dimensión simbólica, el edificio enseña que es posible reducir el impacto del agua servida en el espacio público de una ciudad cada vez más impermeable, visibilizando los procesos de regulación, depuración y regeneración del agua.
El ciclo del agua en el edificio. Esta condición alteradora del agua nos interesa para concebir una propuesta arquitectónica que represente simbólica, estética y técnicamente, el efecto que tiene el ciclo del agua sobre el entorno físico y la vida. Por esto, en el edificio las cubiertas son materas con jardines endémicos, que captan y regulan el agua aérea de la lluvia y del riego. En el interior, los buitrones técnicos alternan módulos especiales para albergar trickles o canastas filtrantes que depuran el agua fluyente por goteo. En su base, las paredes de hormigón crecen sobre un manto de agua horizontal que es a la vez espejo, reserva y contención, donde se altera con la acción purificadora de las plantas acuáticas flotantes y las macrofitas.
En una ciudad esponja todos los edificios deberían ser filtros. Al hacer uso del edificio como un filtro, el agua aérea de la lluvia entra en contacto con las cubiertas verdes donde es regulada y sometida a procesos de Fitovolatizacion y Rizo filtración por medio de coberturas vegetales especializadas, sustratos, raíces y gravas de sus filtros. Después baja a través de trickles o parrillas de goteo, donde ese repite el efecto seco–húmedo, a través de medios filtrantes Físicos, como las arenas, los sustratos y las guatas, y Químicos, como los carbones activados. Finalmente, Biológicos, como las bio bolas o cerámicas que favorecen el crecimiento de comunidades de bacterias nitrificantes. Luego, al llegar a los estanques entra en contacto con plantas purificadoras acrofitas y flotantes, que detonan procesos de Fito estimulación y de Fito degradación, en los lechos filtrantes de las coberturas riparías que se dan en las riberas de los cuerpos de agua. En estos estanques se almacena y se sigue depurando para su reutilización y reserva.
Segundo Premio
Consorcio Agua - David Delgado Arquitectos (Andrés Delgado, David Delgado) + AGRA Arquitectos (Stefano Anzellini, Martín Anzellini)
- Colaboradores: Coord. Xilena Vega / Julio Pinedo, Sergio Hernández, Nicolás Paz, Paola Varón, Tatiana Valenzuela, Daniela Roa, Manuela Diazgranados
- Apoyo administrativo: Pilar Mora, Angie Cifuentes
Descripción por los autores. Podemos llamar a nuestro proyecto ECO-DUCTO. Su responsabilidad es la de guiar no sólo los procesos que tienen que ver con la provisión y disposición del agua a los ciudadanos, sino a guiar también la percepción de la ciudadanía sobre el valor del agua en el paisaje. El reto es resolver espacial y técnicamente los principios y requerimientos planteados en las bases del concurso, con un lenguaje arquitectónico coherente con su función y respetuoso del paisaje. Un dispositivo que hilvane de manera armónica las oportunidades que ofrece su lugar de emplazamiento: en el borde del río San Francisco, entre dos parques urbanos públicos, con vistas panorámicas al poniente y a los cerros orientales de la ciudad.
El proyecto se fundamenta en cinco guías o principios orientadores que se resuelven en sistemas coordinados espacial y técnicamente entre sí: Eco-Ducto Paisajístico (El territorio, la ciudad, la zona, el sitio), Eco-Ducto Conector (Ciudad-río, interno, de redes), Eco-Ducto Programático (Espacial, funcional), Eco-Ducto Bioclimático (Invernadero, construcción) y Eco-Ducto Constructivo (Estructura, lenguaje arquitectónico).
El Agua como Origen. Históricamente los asentamientos humanos de la sabana de Bogotá se han desarrollado alrededor de los diferentes cuerpos de agua en una tradición organizativa que ha variado sus vínculos con el territorio en cada época. Desde su llegada por medio del boquerón hasta su encuentro con el río Bogotá por medio del Fucha, los meandros del Vicachá son relatos de la historia y el desarrollo de la ciudad y lo convierten en un protagonista simbólico.
El Río San Francisco se plantea como una memoria viva que conecta épocas; desde la visión cosmogónico de lo precolombino, pasando por la domesticación dada por una noción de progreso en la Colonia que terminó por darle la espalda, hasta el futuro esperanzador que hoy vislumbramos: Los Laboratorios Técnicos de la EAAB son el renacer del río, una nueva cara de la Institución y la ciudad.
Tejer desde el agua. En los últimos años se ha retomado una conciencia colectiva de los valores ecológicos de una sociedad que apuesta por los ODS como medio para enfrentar la crisis ambiental planetaria y el calentamiento global. Bajo esa mirada histórica, se vislumbra como una oportunidad el emplazamiento de los Laboratorios Técnicos del Acueducto de Bogotá, entre el Canal del Río San Francisco (Vicachá) y la red de parques del Occidente capitalino, convirtiéndose en un símbolo de un nuevo espíritu en la relación ciudad-río que reivindica la importancia del agua. La gran capacidad fluvial de la Sabana, por su cercanía a los Cerros Orientales Andinos marcaría un destino que amerita una nueva lectura: dejar de leer al Río San Francisco como un límite que separa para entenderlo como un lugar de encuentro.
La espalda al Río. La explosión demográfica de Bogotá en la segunda mitad del siglo XX generó un aumento de barrios residenciales hacia el occidente de la Sabana. Este aumento de edificaciones –mayoritariamente de autoconstrucción- generó un detrimento sobre la estructura ambiental de la ciudad. Las dinámicas sociales de los nuevos barrios por formalizar ocuparon las fuerzas del Distrito y paulatinamente Bogotá dio la espalda a los cuerpos de agua como eje fundamental de la vida en comunidad, un proceso de desconexión que comienza en la colonia donde el carácter místico del agua pasa a entenderse como un medio de navegación o utilitario que décadas más tarde llevaría a una alta contaminación del cauce del río y finalmente su soterramiento.
Tercer Premio
EMS Arquitectos + COSME Arquitectura/Paisaje
Paulo Escrucería, Gustavo Sarmiento, Gustavo Salazar Cosme
- Equipo de diseño: Kenedt Serrano, Arnold Chaux, Christian Ospina, Juan Torres, Ingrid Moran, Natalia Hernández, Juan Acosta, Laura Galvis, Kevin Torres, Karen Rojas
Descripción por los autores. La propuesta se fundamenta en la idea de crear un enlace y una continuidad entre las condiciones específicas del programa y la oportunidad ambiental que el contexto puede ofrecer. Se trata de facilitar la permeabilidad de las calidades medioambientales y ecológicas que brinda la presencia del canal, su potencial restauración, y la franja de protección ambiental compuesta por el parque lineal como elemento urbano estructurante, para beneficio de la ciudad como ecosistema y del conjunto de la EAAB.
Al interior del predio, un corredor vegetal-peatonal como columna vertebral del conjunto, conecta las actividades dispersas de los nuevos edificios con los existentes, creando bienestar psicológico para los trabajadores bajo un sentido de “campus”. Como estrategia programática, se clasifica el paquete funcional de los laboratorios en dos edificios de acuerdo a su carácter, los Laboratorios Húmedos (Aguas, Biología y Microbiología) mirando hacia el Rio San Francisco y los Laboratorios Secos (Suelos, Medidores e Hidrología) dirigiéndose hacia el jarillón del parque lineal. Entre los edificios, se crea un acceso digno al campus y un espacio que potencia la vida colectiva a través del paquete programático de áreas comunes.
En su interior, los vacíos verdes crean una “pausa” en la condición aséptica del programa funcional que, a su vez, es revestido por la estructura espacial colectiva (circulaciones horizontales y verticales) y acompasado con la masiva infraestructura de redes propia de este tipo de laboratorios, para crear un sistema claro, permeable y flexible.
Primera Mención Honorífica
Taller 301 S.A.S
Segunda Mención Honorífica
Abalark S.A.S - Abello y Aldana Arquitectos