La Casa de Ejercicios Espirituales proyectada por Glenda Kapstein y Osvaldo Muñoz en 1991 obtuvo numerosos reconocimientos, llegando a ser finalista en la primera versión del premio Pabellón Mies van der Rohe para arquitectura latinoamericana el año 1998, y Premio Internacional PLEA (Passive and Low Energy Architecture) el año 2003. El proyecto emplazado en la ciudad de Antofagasta, se caracteriza por la construcción de una serie de espacios intermedios que articulan no sólo el interior con el exterior en el árido clima desértico, sino también, la trayectoria académica de Kapstein con sus característicos ejercicios prácticos.
El espacio intermedio se establecerá como un todo y no como una intermediación o paso de un espacio hacia otro, o de un exterior a un interior -o viceversa-, sino que constituye en sí un hecho arquitectónico existencial, que en algunos casos aglutina muchas funciones; y en esa flexibilidad, esa ambigüedad, se constituye como un fin en sí mismo - Glenda Kapstein
Kapstein vio en este proyecto, la oportunidad de testear sus estudios empíricos realizados en torno a los Espacios Intermedios, publicados por Ediciones ARQ el año 1988. Estos espacios característicos de la arquitectura del desierto se destacan por su hibridez, la cual se plasma igualmente en la confluencia del último período de la modernidad, con los conocimientos constructivos propiamente locales. La afinidad de Kapstein con el Team X y su enfoque regionalista de la arquitectura moderna, sumada a la influencia que ejerció en ella la observación de las técnicas constructivas vernáculas, la llevó a desarrollar una propuesta tan híbrida como su definición misma de los Espacios Intermedios.
¿Cuáles son los elementos que amarran la arquitectura al lugar, de modo que se constituya en parte del paisaje y a su vez colabore a la memoria e identidad de sus habitantes?¿Cuál es el carácter de la arquitectura de este lugar, de clima y condiciones extremas del desierto? ¿Cuáles son las invariantes que debieran transformarse en un hecho vital para la arquitectura del desierto más árido del mundo? - Glenda Kapstein
Esta exploración se materializó en la construcción de muros lineales y de los ya mencionados espacios intermedios. Kapstein buscó consolidar la autonomía que el muro adquiere en el paisaje desértico, como parte del legado constructivo vernacular del norte grande de Chile. El estudio realizado por la arquitecta y académica de la UCN, condujo también a la elaboración de un Estudio para la Normativa del Centro Histórico de San Pedro de Atacama, el cual fue llevado a cabo entre 1989 y 1990. Este último tuvo como resultado la consolidación del valor patrimonial del sitio, lo que anticipó no sólo el atractivo turístico del lugar, sino también el enfoque medioambiental propio de Kapstein.
Producto de un concurso convocado en 1989 por la Fundación Alonso Ovalle y la Escuela de Arquitectura de la UCN, el proyecto tenía como objetivo erigir un espacio de meditación y retiro, buscando generar las condiciones ideales para el recogimiento en un sitio emplazado entre dos carreteras. El programa se concentró en la zona sur del predio, consolidado dos polos conectados por medio de recorridos lineales, que buscaban construir por medio del distanciamiento, el silencio necesario para la reflexión.
De esta manera, se ubicaron en el límite sur poniente y en el punto más alto del predio, el oratorio y la capilla, los que establecieron una conexión visual directa con el horizonte costero. La condición objetual que adquirieron estos recintos, se acentúa con el protagonismo formal del muro. Esta decisión surgió de la observación de la arquitectura vernacular de San Pedro de Atacama, en donde dicho elemento se caracterizaría por la posibilidad de direccionar la mirada y enmarcar el extenso paisaje desértico. De esta manera, se lograría equilibrar la respectiva horizontalidad del desierto costero, con el carácter predominantemente vertical del primero.
A lo largo de dichos recorridos lineales y descendiendo junto a la pendiente natural del terreno, se dispusieron las habitaciones que conformaron el grueso de la obra. Estas eran antecedidas por una serie de espacios intermedios que construyeron por medio de un juego de llenos y vacíos, los corredores que unificaban visualmente el proyecto con el horizonte costero. Este espacio tenía a su vez, el rol fundamental de acotar el extenso y árido paisaje horizontal, y ajustarlo de esta manera a la escala humana gracias a las medias alturas.
El uso lúdico del contraste entre las texturas y el peso de los materiales, sumado al dinamismo que le otorgaron las variaciones lumínicas producidas por las celosías, hicieron de esta obra y de las demás exploraciones de Kapstein, parte del legado moderno y de la tradición constructiva del lugar. No obstante su importancia, el proyecto fue demolido en 2019 producto de los intereses económicos inmobiliarios y de la escasa protección del patrimonio moderno de la zona.
Bibliografía
- KAPSTEIN, Glenda. Espacios Intermedios: la respuesta arquitectónica al medioambiente, Ediciones ARQ, 2015.
- GALENO, Claudio. Glenda Kapstein: Articulaciones entre territorio y cuerpo, revista AOA Nº09.