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Arquitectos: Daniel Moreno Flores, La Cabina de la Curiosidad, Marie Combette
- Año: 2019
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Fotografías:Andrés Villota Pelusa
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Este es un proyecto de una concepción básica - cotidiana, cambiar la cubierta de la casa por su fuerte deterioro y su potencial peligro. Para nosotros este motivo ha sido una gran oportunidad de transformación, para contribuir a la calidad de vida de los ocupantes de la casa. Entendimos que además de hacer el cambio de la cubierta, podríamos modificar a los espacios que se encuentran tangencialmente y por alguna razón se vinculan a la cubierta.
Es una situación que le hemos sacado el máximo provecho, a partir de esto, hemos magnificado y amplificado la relación de los usuarios con su entorno. La clienta tiene una relación cercana a la naturaleza, además que desde su práctica artística ha desarrollado su obra en torno a las montañas, al mar, al aire, etc. Conociendo esto, para nosotros ha sido de vital importancia hacer un homenaje con la realización de este proyecto de cubiertas.
De esa manera podemos hablar del territorio y del lugar en el que vivimos. Quito es una ciudad inserta en una gran montaña – los Pichinchas- y se ha adaptado a las inclinaciones de los Andes. A una velocidad desbordante, esta urbe ha crecido y crecido, olvidando esta situación geográfica tan especial. Con estas circunstancias las construcciones no tienen vinculaciones directas con las montañas y los volcanes.
Pilar la clienta, siempre ha dibujado a uno de los Pichinchas, al Condor Huachana, siempre en la misma posición, enfocándolo y valorándolo. Con una técnica de lápices de colores ha registrado una colección de montañas que se han efectuado a distintas horas, marcando los cambios de luz y las distintas temporalidades. Entendiendo esto, la arquitectura propuesta es la intensificación del Condor Huachana, de la relación de la casa con la cordillera oriental, de los Pichinchas y el nevado Cotopaxi.
Hemos realizado 4 conexiones territoriales.
la primera es un periscopio desde el ingreso a la casa en la planta alta, tan solo al levantar la mirada focalizas al Cóndor Huachana, está dentro de la casa, es parte de la vida cotidiana.
Aprovechando la modificación de la cubierta, en la sala principal se cambió el espacio, ahora es un espacio a doble altura de madera contrachapada y en uno de los costados de la cubierta se hizo una abertura, que se complementa con un escritorio alto que permita trabajar de manera directa con la montaña.
La bodega que ha tenido una conexión directa con la cubierta y siempre ha sido un espacio relegado, se optó por hacer un nido que te contenga y también se hizo una incisión que genero un enlace con la montaña, ahora es un espacio para estar que almacena.
Sobre la cubierta se pensó espacios para estar, que te conecten con el territorio y sus distintas montañas, así todos los atardeceres y los amaneceres pueden ser registrados. Se pueden convertir en motivo de inspiración para nuevas creaciones y gratificaciones diarias para la vida.