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Arquitectos: CAVAA Arquitectes
- Área: 130 m²
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Fotografías:Filippo Poli
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Proveedores: Adobe, AutoDesk, Mosaics Planas, Roca
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El edificio “La Galera” fue construido en el 1856 y ocupa una manzana entera del ensanche Gumà de Vilanova i la Geltrú, el que fuera el primer gran crecimiento urbano alrededor del casco antiguo de los dos núcleos originarios de la ciudad.
Cerca de la plaça de la Vila y de la Rambla Principal, este edificio singular fue promovido por Joan Samà. Un indiano enriquecido en La Habana, el cual pudo acumular un importante patrimonio inmobiliario en Vilanova, como este bloque de viviendas que se conoce por ser sede durante décadas de un cuartel de la Guardia Civil, pero también por alojar en otras temporadas locales sociales y entidades culturales de relevancia.
Respecto a su definición arquitectónica, este edificio tiene como característica más singular que sus muros interiores portantes se ejecutaron como una secuencia de arcos en cada una de sus tres plantas principales. La Galera describe pues, una infraestructura estructural absolutamente atípica para un edificio plurifamiliar construido a medianos del siglo XIX, donde aparte de una fachada perimetral portante, se levantan dos muros longitudinales de 3 alturas conformando un gran sistema de arcos.
Nuestra propuesta se ha basado en visibilizar estos muros compuestos por arcos, convirtiéndolos en los protagonistas de la casa, y dándoles valor como secuencia estructural. La vivienda de una superficie aproximada de 125m2, tenía una distribución con múltiples divisorias ortogonales que ocultaban cualquier indicio que denotara la presencia de los arcos portantes.
La nueva distribución ha apostado por un cambio radical de organización, colocando la cocina en la entrada de la casa, vaciando los umbrales de los arcos y componiendo un nuevo espacio diáfano de estar y cocina que ha desdibujado la morfología de espacios existentes.
Por otro lado, la propuesta se propone piezas de mobiliario en diferentes puntos de la casa. Muebles negros que repiten el mismo lenguaje formal y material, apostando por generar un contraste marcado con aquello existente, denotando su naturaleza efímera frente el sistema estructural.
Finalmente, el proyecto ha introducido una geometría aleatoria, una moldura en el falso techo que une las diferentes intervenciones. Una moldura que intenta romper la rigidez originaria de la retícula de tabiques ortogonales y de la secuencia de arcos. Algo más arbitrario y disruptivo en un entramado canónico.