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Arquitectos: Colonnier Arquitectos
- Área: 40461 m²
- Año: 2019
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Fotografías:Luis Gordoa
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Proveedores: Saint-Gobain, Atlas Schindler, AutoDesk, Cemex, Daikin, Metal Manufacturing Industries
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Al sur de la Ciudad de México, sobre la lateral de Periférico Sur, se ubica el Corporativo PS 4277. Un edificio con ciertas reminiscencias al racionalismo, que logra resignificar algunos principios de dicha arquitectura, atendiendo a las necesidades, desafíos y oportunidades contemporáneas.
Con el objetivo de optimizar las propiedades del predio y del programa arquitectónico, el Corporativo se desarrolla de la siguiente manera: dos sótanos de estacionamiento; planta baja, donde se ubica el pre-lobby que da acceso al complejo, y el cual está rodeado por locales comerciales; cinco niveles de basamento para estacionamiento y la torre, que nace a partir del sky lobby en el nivel seis, y que consta de once niveles de plantas libres para oficinas. En el remate del volumen se ubica la azotea técnica a 82 metros sobre el nivel de banqueta.
Desde la calle, el espacio se configura alrededor de una fuente escultural, flanqueada por los grandes pilotes que estructuran la torre. Esta fuente hace las veces de primer filtro entre el entorno agitado y el edificio, ofreciendo un entorno de serenidad en contraposición al ambiente circundante, dando una clara lectura para la circulación a los concurrentes, bien sean peatones o conductores. Posteriormente, el visitante al Corporativo ingresa al pre-lobby, un segundo filtro caracterizado por ser un espacio sobrio, luminoso y silencioso que dirige al visitante hacia su destino.
Gracias a la estrategia de generar el basamento para estacionamiento, el sky lobby se emplaza librando el nivel del segundo piso del Periférico y logrando vistas privilegiadas sobre el Pedregal de la Ciudad de México desde una gran terraza. Este espacio proporciona la oportunidad de gozar de una mirada diferente de la ciudad para quienes lo habitan. Allí, la ciudad deja de ser un fondo inadvertido, un exterior caótico y lejano, para convertirse en un lugar de estar, de disfrute del paisaje y de esparcimiento para los residentes del edificio; un espacio lúdico de libre apropiación.
La piel de la fachada libre y continua contrarresta la masividad de la torre. Sobre esta, se insertan parteluces que logran desdibujar dicha masa, acentuando la sensación de movimiento a alta velocidad de quien recorre por la vía circundante. Desde el automóvil, durante los segundos de recorrido desde la vía rápida, el edificio se percibe vibrante, dinámico, fluido. La geometría de los parteluces cobra presencia en diferentes elementos y espacios del edificio, bien sea en el diseño de los pavimentos, el mobiliario, o en el interiorismo de las zonas comunes, consolidando un lenguaje consistente y propio.