Recibir un reconocimiento arquitectónico refleja -generalmente- las buenas prácticas. Es el caso de Niro Arquitectura + OAU quienes han ganado el premio Building Of The Year 2021 en la categoría de arquitectura comercial con la plaza de mercado Gramalote. Demostrando así que este par de oficinas jóvenes colombianas están a la altura de prácticas de renombre internacional como Álvaro Siza, MVRDV, Heatherwick Studio ó Foster + Partners.
Jheny Nieto, lideresa de Niro Arquitectura abrió el espacio para hablar al respecto con ArchDaily. Exploren la entrevista a continuación:
Santiago Baraya (SB): Cuéntanos un poco cómo es el contexto previo que hace tan especial a Gramalote.
Jheny Nieto (JN): Gramalote es un municipio a unas horas de Cúcuta, que es una ciudad en el norte de Santander que tiene una industria en arcilla importante, y este es importante porque fue un municipio que tuvo un deslizamiento de tierras afectando toda la zona urbana. Cuando ocurrió digamos esa tragedia natural producto de las lluvias por el fenómeno de la niña, el presidente del momento del Santos decide reconstruir Gramalote, representando así, uno de los únicos centros urbanos reconstruidos producto de un desastre natural con este fenómeno.
En la reconstrucción de todo, hubo desafíos, sobre todo en el arraigo de la gente para traerla devuelta. Después de tanto tiempo de haber estado en zonas que no eran sus casas, tras la tragedia, se asentaron en una población cerquita, otros se fueron para Cúcuta y otros se dispersaron en distintos pueblos. Ok, entonces poder volver a traer. La gente pensó es todo un reto. Aún así es una gente muy orgullosa de lo que tuvo y que tienen ahora.
SB: Ya entrando al orden arquitectónico, el lenguaje del proyecto es muy diferente a las plazas de mercado de pueblos con esta escala, haciéndolo muy icónico. ¿Se tomó en cuenta -para los parámetros de diseño-, la historia de lo ocurrido o cuál es la inspiración para el lenguaje de la obra?
JN: Cuando estábamos haciendo el concurso, revisamos a las plazas de mercado en general, y sentimos que las que más generan espacios agradables son las que arman una sola cubierta. Y esa fue la inspiración principal, pero queríamos que fueran a partir de módulos que captarán el agua. Entonces al final son la secuencia de 24 columnas, (ocho módulos de 3) que recogen el agua de la cubierta y la bajan por unos tubos al aislamiento del suelo y riegan unas zonas que inicialmente eran para sembrar plantas aromáticas.
Entonces, digamos que de pronto si hay una conexión mediante el agua en el hecho de recolectarla y usarla. Y ya la forma realmente es una sola cubierta y un piso escalonado que se va adaptando a la topografía.
SB: Para sostener esa cubierta usaron solo hormigón. ¿Podrías contarnos de la materialidad del proyecto?
JN: El concreto es un material durable y resistente y y sabemos que las plazas de mercado tienen una actividad muy fuerte, que se pueden deteriorar con el tiempo. Entonces pensamos que así es mejor mantenerla para que resista el todo, para que no se oxide. Y dos colores de arcilla como material de fachada en ladrillo por dos razones: es el material de la región, pero también porque le daba contraste con el concreto.
SB: Tengo entendido que las personas son una gran directriz en la práctica de ustedes. ¿Qué impacto ha generado el proyecto en la población?
JN: Sí, pues la plaza fue entregada por el fondo de adaptación a la Alcaldía y a la comunidad. Y ya tenía un proceso lento para definir cómo funciona la administración. Los Gamaloteros están orgullosos de la de la plaza de Mercado, pero también sabemos que una plaza de mercado tiene un uso intenso y se va adaptando a como sea usada.
Nosotros dimos unas directrices para los 70 puestos que se ocuparon, sin embargo eso seguramente irá cambiando y vamos a ir viendo cómo la plaza recibe esos cambios. Mejor dicho es una plataforma para que el pueblo la use a libre albedrío.
SB: Nos has hablado de la parte más intencional del proyecto y mencionamos un poco la materialidad, pues es muy peculiar. ¿Podrías profundizar en la morfología que funciona tanto en la estructura, en la recolección del agua como en la atmósfera característica del proyecto?
JN: Pues digamos que en la oficina siempre nos ha interesado explorar la forma a través de la geometría, intuitivamente o de pronto, racionalmente. Cuando decidimos que sería una sola cubierta, que al final está compuesta por veinticuatro columnas, -ocho módulos de tres- intercaladas, decidimos usar la curva para aterrizarlas. Las columnas son cuadradas, entonces lo que hicimos es que arriba llegaran a un trapecio; al cambiar de un cuadrado a un trapecio te genera unas curvas. De ahí salen esas sombrillas invertidas.
Y esos arcos que se generan diagonales son producto de esas curvas generadas entre cada sombrilla. Los arcos no fueron intencionales, pero fueron el resultado de jugar con la geometría.
Ojalá se pudiera explorar más en la arquitectura. De alguna forma la industria de manufactura va limitando como se va construyendo todo. Pero le toca a uno como arquitecta demostrar que con un sistema sencillo se puede llegar a formas más atípicas.
SB: ¿De dónde viene ese lenguaje arquitectónico osado para la escena colombiana?
JN: Hice la maestría en EmTech (Emergent Technologies and Design) en la AA School of Architecture. Ahí se explora forma y estructura de manera totalmente experimental. Al volver a Colombia te das cuenta de que te toca racionalizar para que sea construible. Con Rodrigo (de OAU), en esta exploración, creo que hubo conocimiento, claro, pero también hubo un poco de inocencia en el concurso, dijimos: “De pronto esto sí puede ganar, los jurados son abiertos”.
SB: Ahora que mencionas a Rodrigo, ¿Qué significa para Niro y OAU el haber ganado el Building Of The YEar?
JN: Nos tomó por sorpresa el impacto tan amplio. No es un jurado de seis personas que lo escogen, sino que es todo aquel que vio el proyecto durante un año. Todo el año están los proyectos disponibles en la plataforma y ya ha habido rotación, entonces probablemente, al momento de la votación lo reconocieron y quizás por eso votaron.
Y nos sorprendió más aún al estar al lado de tantas oficinas y además de nivel mundial. Yo creo que los proyectos ganadores son proyectos únicos en su forma, su estructura y también el manejo que le dan al programa. Y lo otro que vimos es que haya muchas curvas. Paréntesis -Esto resuena con mi título de tesis de la maestría: “the obsession of the curve”-. Siempre tuve esa duda recurrente en la arquitectura. Es muy chévere ver tantas curvas en esos proyectos.
