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Arquitectos: Ana Smud, Daniel Zelcer
- Año: 2020
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Fotografías:Javier Agustín Rojas
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Proveedores: Mazzei, Pimux
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto consiste en la ampliación de un departamento sobre la azotea del último piso de un edificio en el barrio de Palermo, Buenos Aires.
Nuestra intención fue recrear un pequeño mundo doméstico y generar la sensación de vivir en una cabaña en el medio de la ciudad, en un lugar cálido que invite a la contemplación.
Habitar este lugar ofrece diferentes perspectivas, a veces una mirada lejana al paisaje urbano y otras una contemplación íntima de sus pequeños patios.
La propuesta duplica la superficie del departamento existente. Decidimos construir el mayor espacio posible para responder a necesidades programáticas y de uso que nos solicitaron: por un lado, una importante y fluida relación con el espacio exterior y, por el otro, una vivienda que pueda acomodarse con facilidad a los diferentes modos de habitar que varían con el paso del tiempo.
El proyecto cuenta con tres niveles. En el primer nivel, que era el existente, se intervino para dar lugar a un living y una cocina, dos espacios que pueden separarse o integrarse gracias a un sistema de paneles corredizos ocultos.
Sobre este nivel existía una terraza a cielo abierto, en la cual con un sistema de contrucción liviano desarrollamos los espacios de descanso y de trabajo, articulados a partir de un núcleo de servicios central y de dos patios. La ubicación del núcleo nos permitió liberar el perímetro y así maximizar el ingreso de la luz natural; la ubicación de los patios permitió que cada ambiente tuviera una relación directa con un espacio exterior.
En el tercer nivel, proyectamos una terraza jardín como espacio de expansión y contemplación con vegetación nativa y de mucha altura.
La concepción de la planta propone flexibilidad: el usuario tiene la posibilidad de transformar el espacio de diferentes formas a través del paso del tiempo. El sistema de paneles, compuesto por placares y por puertas corredizas y ocultas, elimina por completo los tabiques divisorios fijos de los ambientes y, así, permite diferentes conformaciones espaciales y de uso.
Se incorpora una nueva dimensión –el tiempo–, que permite modificar y manipular el espacio según las necesidades del usuario. El proyecto lleva al límite los conceptos de plasticidad y transformación en la experiencia del habitar.