En tan solo pocos años, el arquitecto e ingeniero ítalo-argentino Francisco Salamone desplego más de 60 edificios en los pueblos de la provincia de Buenos Aires. Entre los años 1936 y 1940, el fomento al crecimiento y el desarrollo en los municipios bonaerenses del interior a través de la obra pública fue una estrategia del gobernador conservador de la provincia argentina. Con carta libre para diseñar, mediante mobiliario urbano, plazas y edificios públicos, entre los que se encontraban los art-decó cementerios, mataderos y municipalidades, dejó en evidencia la búsqueda de la representación estatal traducido en una impronta de monumentalidad.
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La obra de Francisco Salamone en Argentina: cementerio, matadero y municipalidad
Esta serie de fotografías, registra algunos de los cementerios que se distribuyen en las ciudades de Azul, Laprida, Saldungaray, Salliqueló y Tres Lomas.
El carácter simbólico y expresivo, particularmente de las esculturas principales excedidas en tamaño junto a inmensas palabras, otorga sin dudas una atmósfera y escala diferente en pequeños pueblos que supieron ser de casas con baja altura y pocos habitantes.