A medida que las fuerzas que moldean nuestro entorno construido cambian, involucrando ahora la tecnología, las redes y los sistemas complejos, los profesionales de la arquitectura necesitan poder visualizar y proyectar más que espacios físicos: necesitan ser capaces de producir narraciones y ficciones que indiquen cuales son las mejores maneras de operar dentro de los nuevos y cambiantes paisajes sociales. En este contexto, la arquitectura especulativa parece nunca haber sido más crítica. Este artículo examina de cerca los medios que actualmente se cuestionan las condiciones del entorno construido y exploran nuevas posibilidades arquitectónicas.
.jpg?1605822515 "\"Ex-Tensión de la superficie\" de Jonathan Craig, Luis Arjona, Marco Nieto y Philip Elmore. Imagen cortesía de Arch Out Loud. Imagen cortesía de Arch Out Loud")
La arquitectura especulativa investiga escenarios para el futuro, creando narraciones sobre cómo diferentes formas de organización pueden dar forma a diversos espacios y culturas. Este concepto se relaciona, superpone y articula con otros conceptos varios que van desde el mundo de la ficción, hasta el diseño del futuro y la arquitectura radical. Es una actividad discursiva basada en el pensamiento crítico, que cuestiona la práctica y los diferentes aspectos de la sociedad y el entorno construido. Cuando se analizan las obras de oficinas como OMA, MVRDV, Diller Scofidio+Renfro o FOA, queda claro que la arquitectura radical y su capacidad para imaginar futuros diferentes no solo atraviesa el campo de la teoría, sino que puede influir de manera positiva y generar innovaciones arquitectónicas reales. Actualmente, sin embargo, es posible percibir una transformación histórica del discurso arquitectónico especulativo, con la sostenibilidad y la tecnología como principales temas de las exploraciones radicales contemporáneas.
Pareciera que, en nuestra sociedad contemporánea, los pensamientos utópicos y especulativos se han formalizado más. Buscando explicar las contribuciones reales que las arquitecturas especulativas han tenido en la práctica, el arquitecto Liam Young menciona cómo Archigram ha sido un detonante clave en el pensamiento arquitectónico, iniciando un importante cambio cultural a través de ideas expresadas de manera instigadora y sugerente. También argumenta que el programa de maestría que se ha inaugurado en Sci-Arc (Southern California Institute of Architecture ) es una forma de establecer la arquitectura especulativa como un "género" y una "trayectoria profesional", lo cual nos permite entender por qué los equivalentes modernos de colectivos de arquitectura como Archigram o Superstudio se han trasladado ahora al mundo académico. Young enfatiza el inestimable papel de la narración, diciendo: "Un arquitecto especulativo debe saber cómo contar historias sobre ciudades y espacios y lanzar estas historias al mundo con suficiente fuerza para ganar tracción". En la obra de Liam Young, las narraciones trascienden el pensamiento del diseño arquitectónico y funcionan dentro del ámbito de la ficción, involucrándose con marcos que operan a escala global.
Otra prueba de la inclusión del pensamiento especulativo en las estructuras formales de la academia es el grupo de reflexión del Instituto Strelka llamado “Nuevo Urbanismo Especulativo Normal”. Dirigido por el autor y teórico de diseño Benjamín Bratton, el objetivo del programa pretende “hacer avanzar” la arquitectura para que esta pueda funcionar dentro de un nuevo paradigma, en sintonía con el nuevo contexto puesto en marcha por "la informática global, el análisis de datos y la gobernanza algorítmica"
La proliferación de bienales y exposiciones ha generando un nuevo campo para la especulación arquitectónica fuera de la práctica cotidiana. Sin embargo, los concursos de arquitectura y los llamados abiertos a imaginar nuevos futuros, reúnen una multiplicidad de visiones que a menudo se pierden en la abundancia de proyectos y presentaciones. Tal vez sea cuestión de encontrar el medio adecuado para difundir las ideas a un público más amplio, escapando de la cámara de resonancia de nuestra profesión. ¿Qué es lo radical en la arquitectura contemporánea? ¿Cuáles son las convenciones que los arquitectos tratan de derribar en el cambiante mundo de hoy? Estas son precisamente las preguntas que un grupo de 40 profesionales emergentes y ya establecidos fueron invitados a responder para la exposición “Qué es lo radical hoy”, organizada por el Estudio de Arquitectura de la Real Academia de las Artes el año pasado. Al observar las obras presentadas en la exposición, pareciera que la arquitectura radical, hoy en día, busca una cierta sensibilización por parte del público en algunos temas específicos, como el cambio climático. También intenta redefinir el papel de los arquitectos y arquitectas, y demuestra un aparente interés en la tecno-utopía.
Lo que puede verse en todas estas manifestaciones contemporáneas de la arquitectura especulativa es que, más que de sus precedentes históricos, vienen acompañadas de una serie de pruebas, datos e investigaciones que sostienen y validan el escenario propuesto, sin importar lo factible que sea. Como reveló Lola Sheppard de Lateral Office, el proceso de la arquitectura especulativa comienza "con una investigación expansiva que tiene la intención de descubrir verdades ocultas [...] y muchas de (nuestras) investigaciones iniciales se originan fuera del campo”. Este colectivo canadiense opera en la intersección de la arquitectura, el paisaje y el urbanismo utilizando "el proyecto como vehículo de investigación para presentar y responder a cuestiones complejas y urgentes del entorno construido". Los proyectos y temas que el estudio elige para explorar fuera de los encargos, implican nociones más abiertas y tienen como objetivo ampliar el campo de la profesión, así como el espectro de cuestiones en las que la arquitectura está involucrada. Sheppard, una de las fundadoras del estudio, admite que los responsables de la toma de decisiones y la sociedad en general subestiman el papel transformador de la arquitectura y posiciona su trabajo como un cuestionamiento intrépido de los mecanismos del mundo actual.
Otros estudios de arquitectura han desarrollado ramas de investigación en paralelo a sus oficinas para satisfacer la necesidad de investigar nuevos paradigmas arquitectónicos. Junto con los proyectos arquitectónicos convencionales, OMA ha desarrollado su propia unidad de investigación, AMO: una agencia para el avance del conocimiento arquitectónico y la interacción con otras disciplinas. Este think tank produce trabajo comercial, pero normalmente sirve como un medio para establecer una agenda personal y seguir diferentes intereses de forma independiente. Mediante la observación del ecosistema de fuerzas que conforman la sociedad y la investigación de las respuestas a determinadas condiciones, AMO desarrolla lo que Koolhaas y Reinier de Graaf denominan "trabajo de campo", que comprende investigaciones, estadísticas y datos sobre los proyectos desarrollados. El trabajo de AMO suele dar lugar a producciones visuales y textuales marcadas por una narrativa fuerte e irónica.
Los acontecimientos recientes han puesto de relieve la necesidad de que la arquitectura amplíe su campo de acción, por lo que vale la pena considerar la práctica especulativa como un medio de abordaje que nos permita pensar de un modo más amplio. Las propuestas que rozan las tradiciones utópicas del siglo pasado, recurriendo a fuertes recursos especulativos, representan un paso importante en la reinvención del entorno urbano y la vida cotidiana.
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.jpg?1605854667 "Arquitectura especulativa: ¿Dónde están los equivalentes contemporáneos de las visiones radicales?")
