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Arquitectos: Taller Minuz, Taller de Arquitectura Miguel Montor
- Área: 468 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Onnis Luque
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Proveedores: Novaceramic, URREA
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Ubicado en la zona norte de la ciudad de León, este proyecto se encuentra sobre una de las partes geográficamente más altas y de mayor crecimiento inmobiliario del país. Desde el inicio buscamos responder a crear un piloto de vivienda semi vertical, pensando en darle mayores beneficios a sus habitantes, aprovechando el predio y generando zonas de juego y jardines, trabajando la idea de una pequeña vecindad dotada de un aire contemporáneo y de un deseo fuerte de transmitir la materialidad arquitectónica.
Esta idea surge de observar que, no solo en esta región sino en el país completo, existen pocas propuestas dignas y honestas de vivienda multifamiliar. Al menos cuando se habla de pequeños desarrollos inmobiliarios, siempre existen sacrificios espaciales y de experiencia, sin mencionar la carencia de áreas donde se puede dar una vida vecinal más rica.
El proyecto busca regalarle a sus habitantes un cúmulo de recorridos donde se fomente la convivencia y el encuentro, buscamos en todo momento tener caminos llenos de sorpresas abrigados de una acústica e iluminación específica a través de una paleta matérica y una volumetría muy estudiada.
Así pues, el proyecto se compone de 16 departamentos, distribuidos en 4 bloques de 4 niveles que se tejen a través de sus circulaciones, tanto horizontales como verticales, generando tránsitos con remates a su entorno natural. Con esto logramos que cada departamento estuviera separado por completo de su vecino en todas las direcciones, logrando una mejor intimidad acústica.
Una de las premisas principales del desarrollo, era respetar una tectónica tradicional, esto con dos fines, el primero que fuera muy práctico y económico al construir, y la segunda más importante para nosotros era que se anclara al entorno y que de alguna forma no gritara, además de buscar materiales que a través de su envejecimiento fueran dotando de personalidad al conjunto, y tener un menor costo de mantenimiento.
Así fue como decidimos trabajar muros de mampostería a base de block hueco cerámico, por medio del cual podíamos ocultar los refuerzos verticales liberando de cimbras la obra. Así mismo se seleccionó un sistema de vigueta y bovedilla para las losas.
Se tomó la decisión de dejar aparente el sistema constructivo en todo momento, ya que realmente resulta importante para nosotros la honestidad y claridad en el diseño, dejando claro cómo se portan los elementos.
Colocamos plafones de madera sobre los recorridos, abrigando estas zonas y generando menor reverberación además de darle calidez al andar. Así mismo, dentro de los departamentos en zonas de mayor escala como la sala comedor, se optó por el mismo material en sus plafones, con esto logramos darle una mejor acústica y un clima idóneo.
El acabado de los muros se trabajó por medio de un baño de tierra, se hizo una mezcla de tierras del mismo sitio con algunos selladores, para poder generar un sistema de hidrofugado con pigmentación natural. Esto nos permitió darle una cromática idónea y jugar con el entorno.
Gravas, triturados y algunos prefabricados componen la mayoría de los tratamientos del suelo exterior permitiendo dejar la mayor cantidad de suelo permeable, además de un proyecto de paisaje muy sencillo y endémico. El ejercicio nos dió como resultado un ejemplo de atemporalidad, cosa que buscamos en todos nuestros proyectos.