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Arquitectos: Ad Urbis Arquitectos
- Área: 491 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Nestor Kim Enríquez
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El inmueble construido en el siglo XIX pertenece a la tipología de vivienda unifamiliar simple y se encuentra en un entorno del altos valores patrimoniales. Ocupa una parcela estrecha, cuyas primeras crujías presentan cómo único ambiente la sala,. La cual conserva su cubierta original de madera dispuesta a dos aguas. En el pasado un proceso de restauración previo llevado a cabo por el arquitecto Universo Garcia, hizo énfasis en el rescate de elementos originales del edificio, tales como carpintería y acabado de muros.
Nuestra propuesta resulta una adición contemporánea que reinterpreta los códigos, la métrica y las proporciones de la arquitectura preexistente. La Casa de Pedro y Maria es la segunda de las ad-herencias de Ad Urbis. La cual aprovecha las zonas grises de la regulaciones urbanas e interpreta los instrumentos para la salvaguarda del tejido histórico cultural de La Habana Vieja.
La operación queda definida por un acoplamiento que permitió la adaptación de un nuevo programa arquitectónico a través de un injerto medido y casi quirúrgico de masa arquitectónica construida sobre un inmueble de alto valor patrimonial. Esta operación se fundamenta en el análisis del perfil urbano adyacente. El cual permite en este caso densificar y equilibrar en altura el centro de la manzana a partir de la tercera crujía de la propiedad.
Se re-configuraron todos los accesos verticales y horizontales en función de preservar el carácter original del patio. A partir del segundo nivel se adicionan cuatro habitaciones, cuya solución se basa en la continuidad y síntesis de los elementos estructurales existentes. Esto permitió extender los muros divisorios y medianeros para re-configurar hacia el interior del patio todas las superficies verticales, reinterpretando los clásicos vitrales habaneros como una superficie extendida, luminosa y artesanal que admite los ajustes bioclimáticos de los dormitorios.
Sin crear un distanciamiento formal excesivo respecto a la casa original, lo nuevo se asume en coherencia con lo actual. No desde la contemporaneidad como contraste, sino desde el lenguaje de la arquitectura colonial atendiendo a la tipología de las preexistencias.
El programa arquitectónico asumido es el de Hostal, cuyas acciones de activación no están en contradicción con el uso original. Ya que se han respetado en gran medida la traza de los locales originales. Se insertaron cinco nuevas terrazas, que articulan las necesidades del programa de poseer diferentes espacios comunes, diversificando su carácter a partir de una clara estrategia de superposición y vaciado de la masa construida. Estas terrazas constituyen nuevas oportunidades para garantizar una conectividad visual e incluso permiten la consideración de la existencia de hitos o fondos escénicos de interés visual, que antes no eran visibles desde estos tejidos, cediendo el protagonismo al paisaje histórico cultural de alto valor del contexto de la Habana Vieja.