Los comedores al aire libre han demostrado ser una especie de salvavidas para los restaurantes, ya que habitar los interiores públicos siguen estando muy lejos del alcance de las personas en este punto de la crisis por la pandemia del coronavirus. Sin embargo, frente a mandatos restrictivos, los arquitectos, planificadores y restauradores de Estados Unidos se han visto obligados a idear formas creativas de mantener clientela activa sin riesgo de contagio en áreas de comedor al aire libre estéticamente agradables.
En la ciudad de Nueva York, los patios de comida al aire libre pueden convertirse en parte de la norma, pues el concejal Keith Powers publicó el 27 de Julio un informe destinado a ayudar a las pequeñas empresas de la ciudad a mantenerse a flote. Entre las medidas propuestas en el programa Open for Business: Saving Our Small Businesses Post-COVID estaba la posibilidad de extender el espacio al aire libre existente en un proyecto a largo plazo.
El programa de comidas al aire libre en Nueva York se esbozó por primera vez en mayo cuando Rockwell Group y NYC Hospitality Alliance se unieron para crear una plantilla modular y replicable sobre cómo los comensales podrían habitar la acera de manera segura sin impedir el flujo de peatones. La idea de colocar áreas de asientos al aire libre ampliadas en las calles cerradas por la iniciativa de 'Calles Abiertas' fue puesta en curso y, como informó Eater, más de 9.000 restaurantes y bares han solicitado permisos para ser parte del programa este verano.
Exceptuando algunos accidentes automovilísticos, el programa ha sido un éxito. Sin embargo, las medidas actuales para comer al aire libre expirarán el 8 de septiembre, con la posibilidad de extenderlas hasta el 31 de diciembre.
El municipio renovó por separado el programa de restaurantes al aire libre hasta el 31 de octubre, pero la propuesta del concejal Powers podría convertir el plan en permanente ayuda a los restaurantes para capear las futuras oleadas de coronavirus
En Nueva York, Rockwell Group ha puesto en práctica sus planes al diseñar y ayudar a instalar alternativas para comer al aire libre en varios restaurantes, incluidos Negril BK en Brooklyn, Melba's en West Harlem, Pa-Nash en Queens, así como bares y restaurantes en el Bronx y en Staten Island.
California también ha explorado cómo mantener las calles cerradas y permitir que los restaurantes se expandan hacia afuera durante al menos el próximo año. De vuelta en la costa este, el proyecto Design for Distancing de Baltimore pidió a arquitectos y planificadores que imaginaran métodos escalables para ayudar a las tiendas y restaurantes a trasladar sus operaciones al aire libre.
Incluso las ciudades pequeñas se han visto obligadas a ser creativas. En el centro de Greenport, Long Island, SHoP Architects (que tiene profundos vínculos con la pequeña ciudad, ya que es el hogar de uno de los primeros proyectos de la empresa, Mitchell Park) implementó un sistema similar que podría usarse en otras ciudades. Utilizando solo barras de refuerzo de acero, vigas de 20 x 20 cm, bolardos, jardineras y rampas, el equipo creó un kit de piezas para "parklets" que las empresas pueden desplegar en la calle para facilitar la venta y comida al aire libre.
Este artículo fue originalmente publicado en el Diario del arquitecto.