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Arquitectos: F:L Architetti
- Área: 900 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Alessandro Imoda, Beppe Giardino
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Proveedores: AutoDesk, CEA Design, De Carlo, Foglie d’oro, Neve Rubinetterie, Nurith, Petersen Tegl, Rexa Design, Trimble
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El edificio, situado a mitad de la colina de Gassino Torinese (Turín), es el resultado de un proyecto de sustitución y ampliación para la construcción de una villa unifamiliar. En el terreno había una edificación rural de los años 30 pero modificada y ampliada en épocas posteriores, sin características arquitectónicas e históricas significativas. La intervención incluyó la demolición completa del edificio existente y la construcción de uno nuevo para uso residencial y agrícola, construido en gran parte sobre la huella de la estructura existente. El objetivo fue identificar las aspiraciones del cliente desarrollando respuestas a su deseo de calidad y sostenibilidad arquitectónica, combinando las necesidades de una granja educativa abierta al público con la posibilidad de disfrutar de la intimidad en el contexto familiar.
El proyecto interpreta el tema residencial de la villa rural, desarrollando y declinando el arquetipo de granja piamontesa, con el objetivo de dialogar con su contexto natural, manteniendo una identidad fuerte y distintiva. La composición del diseño de la construcción se basa en la elaboración de volúmenes diferenciados y conectados, dispuestos y orientados según la orografía del terreno. Equilibrando tradición e innovación, la casa de campo fue diseñada para un empresaria agrícola, su esposo y sus tres hijos. Lineal y riguroso, el frente externo abierto al público, es un volumen puro con textura de ladrillo, sobre el que se inserta perpendicularmente un segundo volumen con un patrón de ladrillo escalonado, recordando los graneros de las granjas tradicionales y recreando la atmósfera típica de "corral" .
Este volumen en voladizo se proyecta sobre el valle enmarcándolo y transformándolo en un fondo, impregnando los espacios internos del edificio. Si el volumen principal muestra la simple certeza de la arquitectura vernácula, el cuerpo del espacio privado con el “minimalismo brutalista” de su volumen de hormigón blanco cambia la vista general del edificio: excavando el lado del cuerpo de ladrillo se convierte en soporte y parte integral del mismo. El hormigón blanco, la estructura y la forma plástica del espacio privado, diseña sus contornos y define su relación con los elementos naturales.
En el frente de esta parte del edificio se abre una gran terraza con piscina y con vistas al valle cultivado. Debajo de la terraza, encontramos un área de conservación de limones y el laboratorio de investigación de permacultura. El edificio consta de 2 plantas, donde las esferas pública y privada son espacios claramente separados. Las soluciones espaciales que identifican las funciones de la Villa-Granja se caracterizan por diferentes opciones formales, así como por una elección única y específica de materiales. Los frentes de ladrillo y hormigón a la vista así como la madera y piedra de los pavimentos exteriores penetran en el interior del edificio y redefinen su articulación espacial, ofreciendo una conexión material entre el interior y el exterior. Dentro de la residencia, los espacios y volúmenes reflejan el mismo concepto utilizado para el exterior: un espacio más íntimo para el área privada y un espacio abierto y más acogedor para recibir a los invitados, con una sala de estar y una cocina de doble altura.