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Arquitectos: estudio eyc
- Área: 20 m²
- Año: 2019
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Proveedores: Grohe, Aluminalia, AutoDesk, Louis Poulsen, Marset, Mediclinics, Nebreda Modula, RZB Lighting, Robert McNeel & Associates, Sisven
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Estrecho de Gibraltar es uno de los lugares más especiales del mundo. Separa -o más bien une- África de Europa y el Atlántico del Mediterráneo, y durante mucho tiempo fue el fin del espacio conocido, donde las Columnas de Hércules señalaban el “Non Plus Ultra” más allá del cual no existía la vida, atrayendo con su misterio a las civilizaciones paleolíticas, fenicias, iberas, romanas, árabes y contemporáneas que ocuparon ese espacio.
La playa situada entre la Torre de Gracia y el Cabo de la Plata es un lugar mágico. En ella el viento, las mareas, los cabos, el sol, la luna, los faros, África, las aves, los atunes…cada día entran en guerra y al mismo tiempo en armonía. Un lugar donde es posible ver todos los días del año la puesta de sol (y de luna) sobre el horizonte del mar esperando el Rayo Verde, o hipnotizarse por la noche con el parpadeo de tres faros (Trafalgar, Espartel y Camarinal) que guiaron desde antaño a los barcos que cruzaban el estrecho y que esta noche vigilan la cabaña.
Situada en un paraje natural inmejorable, la cabaña se construye con el mayor respeto y cuidado al entorno en el que se introduce. Sus dimensiones y su situación vienen determinadas estrictamente por el lugar y la orientación. La cabaña reposa sobre tres piedras en un claro de de 2.40x3.00m libre de sabinas y palmitos, especies protegidas de la zona que rodean la cabaña en sus cuatro alzados. Orientada al Oeste (265ºN), su posición es fundamental para el desarrollo del proyecto ya que la cabaña se proyecta como un calendario solar.
La cabaña se proyecta como un calendario solar en el que la trayectoria del sol y la inclinación de sus rayos en los solsticios y el equinoccio marcan las reglas de juego para cada decisión volumétrica que se toma. Así, se estudia minuciosamente dicha trayectoria y la orografía del entorno (que impida la llegada del sol a la cabaña) para la situación exacta de cada una de las perforaciones así como la inclinación necesaria de la cubierta, creando un juego de luces y sombras en el interior.
Se toma la madera como elemento central de la cabaña por ser un material eficiente, sostenible, reciclable, ligero, aislante, fuerte y duradero; considerándolo como única opción para minimizar el impacto de la construcción en su entorno. Se eligen cuidadosamente las maderas para estructura, revestimientos y mobiliario y la construcción se realiza in situ de manera artesanal por carpinteros. La cabaña queda aislada térmicamente y la ventilación se realiza mediante los ojos de buey de aluminio siendo una de ellos reciclado de un antiguo buque naval.
