- Año: 2018
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Fotografías:Simone Bossi, Francesca Vinci
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Un proyecto de arquitectura no es un proceso único y lineal, sino que se basa en la revisión continua de múltiples opciones disponibles siempre manteniendo una actitud crítica. Esta es una práctica peculiar basada en idear en pleno proceso. El acto de HACER también es fundamental e investiga un equilibrio entre los tres pasos de trabajar en arquitectura: teoría, orden y el resultado final. Cada uno conserva la esencia de la idea original y se vuelve gradualmente más preciso y desarrollado hasta que el proyecto llega a la realización. La teoría es una síntesis en la creación del fondo hecho de modelos, referencias, palabras y otras contribuciones provenientes de otras disciplinas, todas entrelazadas.
El orden transforma este fondo en diseño tejiendo una conexión profunda con la ciudad, su historia y sus capas. El verdadero desafío es preservar la esencia de esa idea durante todo el proceso, desde el primer boceto hasta los dibujos constructivos detallados y finalmente durante la construcción en el sitio (el resultado final).
La reciprocidad que une a AMAA y al cliente es fundamental, como ya lo demuestran ilustres colaboraciones como, por ejemplo, la relación entre Carlo Scarpa y Adriano Olivetti. Compartir valores ha sentado las bases para la realización del trabajo, como una expresión completa de la investigación arquitectónica del estudio. El cliente, en este caso, no solo declara las necesidades o gustos, pone energía y pone a disposición recursos, sino que, sobre todo, trabaja con el diseñador aceptando las diversas aspiraciones.
El resultado es una caja de dos pisos que alberga la nueva sucursal de AMAA dentro de una antigua fábrica abovedada. Todo parece ser lo que es: la estructura delgada del marco de acero, la losa de concreto y metal, el camino del sistema eléctrico con sus tuberías, enchufes e interruptores, el marco metálico de las ventanas.