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Arquitectos: spaceworkers
- Área: 365 m²
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Fotografías:Fernando Guerra | FG+SG
Una casa para libros. Este desafío comenzó con el requisito del cliente: una vivienda con espacio para muchos libros. Inmediatamente, recordamos las muchas bibliotecas clásicas del renacimiento, con escaleras deslizantes que alcanzan hasta el libro más alto. Ese fue el concepto de nuestra intervención: un espacio alto como elemento principal y jerarquizador de los espacios interiores.
La idea fue evolucionando y la experiencia volumétrica condujo a la diferenciación funcional de los espacios interiores, creando un techo que juega con las diferentes alturas. La cubierta se convirtió en una quinta fachada con especial importancia en la generación de las cuatro restantes.
De repente, habíamos creado un techo de cubierta monolítico, pesado y denso que necesitaba ser subvertido, dando una idea de masa que levita sobre elementos ligeros de madera y vidrio. El techo parece aplastar a los usuarios, recordándoles su propia escala como humanos y la importancia ancestral de la casa como refugio.
El tiempo, un factor importante en la arquitectura, es también un agente de composición fundamental. Los elementos construidos, especialmente en concreto, intentan registrar el paso del tiempo a través de la textura de su encofrado.
Este encofrado, similar a las variaciones del techo, adquiere altibajos, protuberancias y rebajes, lo que le permite capturar el tiempo a través del movimiento de las sombras en diferentes momentos del día, dando a las fachadas un aspecto dramático.
A medida que pase el tiempo, el hormigón texturizado envejecerá naturalmente y se integrará más en el entorno rural de los alrededores. Lo mismo sucederá con la base de madera, que a medida que vaya envejeciendo se volverá más magnífica, enriqueciendo la casa.