A medida que el mundo de la construcción se vuelve más automatizado, impulsado por la economía, la velocidad y la burocracia, el arquitecto y profesor Marc Leschelier presenta una exposición en Architektur Im Magazin en Viena, Austria, que invierte esta tendencia.
La exposición titulada "Cold cream", configura un espacio aislado, disociado del mundo, donde la práctica de la construcción se reduce a la lucha entre materiales delicados y duros, así como a ascensos espontáneos. Por lo tanto, la exposición no es un acto de arquitectura, sino una forma de prearquitectura.
En la exposición, el visitante es guiado por varias salas que contienen elementos arquitectónicos hechos de bloques de cemento unidos, cosidos e inmersos en el mortero. La relación entre la materia prima y el agente aglutinante ya no es un acto constructivo ordenado, sino un problema excesivo, deformado con sus propias propiedades plásticas.
La primera sala presenta la construcción de una columna esquelética, donde los elementos en bruto se han reorganizado para formar un nuevo cuerpo arquitectónico. Los bloques de cemento se colocaron oblicuamente para soportar su propio peso, mientras enmarcaban la luz y revelaban el mortero que cayó en los intersticios. La construcción de la columna es clara, representando la idea de un sistema arquitectónico basado en la espontaneidad.
La siguiente sala muestra una pieza que conduce el material líquido que forma la arquitectura, en este caso, el yeso. El experimento se realizó con bloques de cemento, dividiendo y distribuyendo el material, sin recurrir a la reconstrucción. Al soltar el yeso, la expresión es directa, desarrollando el tema de la exposición.
En la última sala, los elementos ligeros y duros fueron reconstruidos como pedazos de paredes. Las piezas se colocaron en una sala que ignora el mundo, donde la composición espontánea y sin reglas restaura "el acto violento de construir". El exceso de material y la falta de racionalidad en las piezas reconstruyen los vínculos entre las disciplinas arquitectónicas y no arquitectónicas.
La exposición Cold Cream es parte del extenso trabajo de extenso trabajo de Leschelier que refuta la construcción como un medio racional, pero lo imagina como un proceso simplemente compuesto de acumulaciones crudas, sin forma y primitivas. Busca capturar un estado del proceso de construcción que precede al objeto terminado, abandonando el formalismo arquitectónico, a favor de una realidad más cruda e inteligible de la arquitectura.
Leschelier presenta su trabajo utilizando tres formas diferentes: modelos (maquetas reducidas), actuaciones (experiencia física) y prototipos (logros en la escala 1: 1). El vínculo, entre las obras y las diferentes escalas, es el gesto constructivo, siempre directo y sin modificaciones.
Un ciclo de trabajos titulado 'Worksite I, II, III' comenzaron esta investigación a nivel de experiencia física, realizando lugares de trabajo como actuaciones, sin interrupciones y sin dibujos preliminares. Estas actuaciones permitieron la producción de fragmentos de arquitectura caóticos y espontáneos, con el objetivo de algún día formar el alfabeto de un edificio completo. Otros proyectos como Building / Prototype I y II se centraron más en las articulaciones entre los elementos, que en los elementos mismos. El lenguaje crudo se intensificó por la mejora de las articulaciones: cadenas, barras de refuerzo de hormigón, superposiciones y acumulaciones.
La exposición Cold Cream se extendió hasta el 29 de febrero de 2020 en Architektur Im Magazin Vienna, Austria,
