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Arquitectos: Carles Enrich Studio
- Área: 40 m²
- Año: 2019
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Fotografías:Adrià Goula
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Proveedores: AutoDesk, Tallfusta
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Al sur del municipio de Puig-reig, se elevan los restos del castillo de Merola, datados a finales del siglo XIII y catalogados como BCIN. Según las evidencias y debido a los terremotos ocurridos en Catalunya el siglo XV, solo queda de pie una de las dos caras de la torre de defensa, originalmente de planta rectangular de 5 x 3,8 m y una altura de 14,8 m. El desprendimiento de una parte de su coronación en 2016 pone en alerta al Ayuntamiento de Puig-reig. El alto riesgo de derribo, con la consecuente pérdida del monumento, hace necesaria una intervención que garantice la preservación de los restos y que recupere la edificación para el pueblo impulsando una nueva atracción para posibles visitantes.
Para conseguir los objetivos se plantean dos líneas básicas de actuación: por un lado, la consolidación de los restos que han pervivido, y por otro, el refuerzo de la estructura medieval. Este refuerzo se configura a través de una estructura de madera con 18 perfiles de sección cuadrada de 14cm que resiguen el perímetro del muro de piedra y que, a modo de andamio, permite estabilizar estructuralmente el lienzo existente, recuperar la volumetría original y restablecer su función como punto de observación y defensa del territorio. La nueva estructura resuelve los condicionantes funcionales de refuerzo y establece una relación de diálogo con el muro de piedra preexistente, evidenciando la intervención respecto la construcción original.
Se recupera la cimentación desaparecida con hormigón de cal y se atan las dos estructuras mediante unos perfiles de madera anclados al lienzo de piedra en 14 puntos. La inserción de una escalera interior permite acceder a los 3 niveles originales de circulación al mismo tiempo que facilita el futuro mantenimiento del monumento. El ascenso hasta el nivel superior de la torre recupera un punto de vista que había sido inaccesible des del siglo XV. Finalmente, las piedras encontradas en la excavación arqueológica se reutilizan para delimitar la intervención y mostrar el material de derribo original.