Continuando con la serie de artículos de Nikos A. Salingaros, David Brain, Andrés M. Duany, Michael W. Mehaffy y Ernesto Philibert-Petit, sobre el estudio de la vivienda social en latinoamérica, se indaga en esta ocasión sobre alternativas económicas para enfrentar los costos de construcción. Revisa todas las publicaciones antiguas y el nuevo artículo, a continuación.
1- Diseño capaz de establecer 'pertenencia emocional' 2- Antipatrones de la vivienda social latinoamericana 3- Geometría de control 4- Biofilia, conectividad y espiritualidad 5- Utilizando el trabajo de Christopher Alexander 6- Estrategias de construcción para la vivienda social 7- Ejemplos de patrones y códigos generadores 8- Estrategias de diseño 9 - Secuencia de diseño 10 - Sugerencias prácticas para la realización de proyectos exitosos 11 - La necesidad de materiales adaptables
12 - Vivienda Social en Latinoamérica: Centrarse en la pequeña escala.
Estrategias de financiamiento concentradas en la pequeña escala
La construcción de vivienda social no puede ser completamente financiada por los residentes, por lo tanto, el gobierno o una entidad no gubernamental debe absorber algunos costos. En sí misma, esta dependencia simple provoca consecuencias que afectan la forma de la construcción. Involucrar a los futuros residentes en la construcción de sus propias casas reducirá la inversión inicial. Mientras más dinero invierta una agencia externa en vivienda social, más control querrá tener sobre el producto final. Esta consecuencia natural conlleva a la inevitable adopción subconsciente de una geometría de control, como se indicó en la sección previa.
Podemos ofrecer algunas alternativas:
- 1. Las fuentes de financiamiento determinan hoy en día la morfología de la vivienda social. El gobierno central, queriendo construir de la forma más eficiente, provoca un enfoque altamente perceptivo y está dispuesto a sacrificar la complejidad de la forma. Esta actitud no puede generar un asentamiento urbano. Es necesario desarrollar un estándar flexible y basado en el funcionamiento para esta morfología. También es necesario identificar fuentes de financiamiento alternativas para romper la perspectiva del monopolio y, por lo tanto, romper con su anti-patrón.
- 2. Es necesario obtener fondos de varias fuentes para asegurar que las casas sean económicamente alcanzables para los residentes del barrio. Una sociedad privada-pública es la forma más efectiva para el uso de la economía de mercado para generar un asentamiento urbano, en vez de un monstruo monolítico favorecido por la burocracia gubernamental.
- 3. Involucrar a organizaciones no gubernamentales mantendrá alejada la posibilidad del gobierno central de sabotear el uso de los lenguajes de patrones en la construcción del asentamiento urbano, o de convertir un proyecto disfuncional existente en un asentamiento urbano (Alexander et al., 1977; Salingaros, 2005; 2017).
Se tiene información de numerosos proyectos de vivienda social que tristemente no ayudan a los pobres, sino que son simples oportunidades de inversión para el constructor o el dueño de la tierra para obtener dinero del gobierno. Si el gobierno subsidia las rentas, entonces existe oportunidad para la especulación que recuperará la inversión inicial de construcción (con intereses) sólo de las rentas. En estos casos, la condición física de los residentes es de poca importancia. Además, el mantenimiento y condición futura del tejido construido no forma parte de la ecuación financiera, pues no existe posibilidad de recuperar la inversión de las estructuras construidas. Usualmente se espera que los edificios decaigan a pesar del esfuerzo por impulsar construcciones no permanentes desde el principio. Claramente, las rentas subsidiadas pueden funcionar en contra de la vivienda social humana, contradiciendo la intención de la legislación original.
Usualmente, la avaricia provoca que se rechacen soluciones factibles, sostenibles y viables. La buena vivienda social asequible tiene la desventaja de que los márgenes de ganancias son siempre bajos (a menos que el mercado se manipule para crear una escasez simulada). Si el gobierno o los desarrolladores no ven la oportunidad de hacerse ricos en el proceso, podrían decidir retirar su apoyo en el proyecto, aunque se hayan comprometido en el inicio. Se necesita una ganancia para impulsar la participación, pero ésta debe estar balanceada con la ganancia obtenida de la solución de serios problemas sociales.
Involucrar a organizaciones no gubernamentales (ONGs) requiere que las autoridades no sólo construyan sociedades públicas-privadas para redesarrollar sino que también elaboren redes de sociedades locales. Todo esto genera ganancias del dinero destinado. Sin embargo, una de las debilidades aquí es que, mientras que las agencias han sido buenas para encontrar proveedores de servicios sociales locales y para que las agencias de la ciudad cooperen, no han sido tan buenas para lograr el compromiso de mantenimiento por parte de los inquilinos.
Muchos proveedores de servicios sociales siguen operando de acuerdo al viejo modelo de previsión social, en vez de trabajar con los modelos emergentes recientes de soluciones “basadas en la comunidad” a problemas ampliamente variables. El viejo modelo de servicio social agrupa a la gente en redes basadas en sus patologías particulares (y existe una industria entera que depende de las carencias de la gente). El nuevo modelo agrupa a la gente pasado en sus dones y en lo que aportan a la red (y no en lo que “necesitan”). En este modelo nuevo, basado en la idea del desarrollo comunal apoyado en las ventajas de la gente, ha tenido una amplia aplicación en la salud pública y más generalmente en la organización de la comunidad.
Más grande no es mejor
También enfrentamos un problema con las fuentes de inversión que desean minimizar la carga administrativa concentrándose en la escala mayor. Es mucho más fácil dar dinero en una sola y fuerte cantidad que rastrear la misma cantidad dividida y distribuida a varios prestatarios. La reducción del número de transacciones se basa en otros sistemas basados en la oferta y la demanda. Sin embargo, es crucial contar exactamente con esta flexibilidad de micro-financiamiento para que la gente sea capaz de construir sus propias casas. La rehabilitación de un barrio existente requiere un gran número de intervenciones individuales. Se han realizado acciones prometedoras en el desarrollo de sistemas efectivos de dirección que permitan estos micropréstamos (como el Grameen Bank). De nuevo, esto es muy sofisticado y es un modelo financiero más avanzado y altamente diferenciado.
Previamente en este trabajo, hemos mencionado el obstáculo que representan las arraigadas imágenes geométricas del control. Estas están también atadas a un profundo prejuicio contra la pequeña escala. Un proyecto gubernamental requiere cierta visión para administrar, que es independiente del tamaño del proyecto. Naturalmente, los burócratas desean minimizar el número total de proyectos, lo que los lleva a aprobar unos cuantos grandes proyectos.
Por ejemplo, cuando se enfrentan a la construcción de un asentamiento urbano nuevo, desean construirlo lo más grande posible, y todo al mismo tiempo, para economizar desde el punto de vista administrativo. Este enfoque contradice nuestras sugerencias para construir un asentamiento urbano pieza por pieza, y el proceso iterativo de ir y venir entre los pasos de diseño.
La sociedad contemporánea se encuentra en un momento paradójico. Ante desastres en varios frentes interrelacionados — agotamiento de las fuentes de energía fósil; invasión y destrucción de tierras agrícolas; ciudades que se vuelven cada vez más disfuncionales y con un crecimiento fuera de control — la sociedad sigue implantando prácticas urbanas que han conducido a estos problemas. Los ciudadanos de gobiernos débiles toman la urbanización en sus propias manos, resultando en situaciones como los asentamientos construidos por el propietario que van desde aceptables hasta desastrosos. Puesto que todos ellos se caracterizan como no-oficiales, los gobiernos no se preocupan para ayudar en mejorar tal esfuerzo de ninguna manera, sino dedicándose a suprimirlos siempre que pueda.
Sin embargo, en países o regiones específicas con un control central fuerte, el poder político trabaja en consonancia con los intereses financieros para imponer un tejido urbano insostenible. Añadiendo a esto y agravando esta situación poco saludable, los medios de comunicación mundiales continúan promoviendo imágenes de culto de una “modernidad” industrial estéril junto con sus falsos profetas que venden edificios de alta tecnología extremadamente costosos y energívoros.
Entre los diversos malentendidos fundamentales que conducen a las prácticas urbanas consideradas poleoctónicas (que destruyen la ciudad) hoy en día, destaca la imagen utópica del “nuevo edificio capaz de cuidarse de sí mismo”. Los arquitectos estrellas reciben tarifas exorbitantes para diseñar edificios no adaptables que luego se construyen como símbolos de la “modernidad” de un país o ciudad. Si se trata de torres de apartamentos lujosos, oficinas de una poderosa empresa o institución gubernamental, o un Museo de arte contemporáneo, el proyecto se vende al público como una imagen que nunca se empañará. Los gastos de mantenimiento no se discuten nunca, ni siquiera la pregunta fundamental sobre quién quiere mantener un edificio que es extraño y no amado.
La cuestión crucial sobre el mantenimiento del tejido urbano está determinada por el aspecto siguiente: Si algo es amado por sus habitantes invertirán la energía para mantenerlo. De lo contrario, lo dejan caer en descomposición o contribuirán activamente a su degradación física. Nuestro enfoque para construir de viviendas sociales se sustenta en este entendimiento, y nuestras propuestas intentan generar un tejido urbano que “pertenezca” psicológicamente a sus usuarios.
Presentado por N.A.S. como discurso de apertura en el Congreso Ibero-Americano de Vivienda Social en Brasil, Florianópolis, 2006.
Traducción al Español de Nuria Hernández Amador, revisada por Ernesto Philibert Petit.
Bibliografía
- Christopher Alexander, S. Ishikawa, M. Silverstein, M. Jacobson, I. Fiksdahl-King & S. Angel (1977) A Pattern Language (Oxford University Press, New York). Edición española (1980) Un lenguaje de patrones (Gustavo Gili, Barcelona).
- Nikos A. Salingaros (2005, 2014) Principles of Urban Structure (Techne Press, Amsterdam, Holland, y Sustasis Press, Portland, Oregon). Algunos capítulos han sido traducidos en Español. http://zeta.math.utsa.edu/~yxk833/POUS-online.html
- Nikos A. Salingaros (2017) Design Patterns and Living Architecture (Sustasis Press, Portland, Oregon). Capítulos individuales publicados en la red por Metropolis. Acceso.