La Universidad de Monterrey en México, inauguró la nueva puerta de entrada al campus: el edificio Estoa, ofreciendo un nuevo rostro en el paisaje al poniente de la ciudad. El edificio Estoa forma parte del Plan Maestro de Infraestructura de la UDEM, el cual tiene como visión crear un campus peatonal y un pulmón verde para la zona poniente de la ciudad. El inmueble ubicado al poniente del campus contará con aproximadamente 90 mil metros cuadrados de construcción, en donde se dará cabida a áreas estudiantiles y de convivencia y oficinas de la UDEM de atención al público, además de salas de Educación Continua.
Este proyecto, que ocupa un terreno de 2.4 hectáreas y cuyo estacionamiento puede albergar hasta mil 724 autos, permitirá incorporar al interior del campus casi 22 mil 500 metros cuadrados de áreas verdes, entre la plaza de acceso principal y techos verdes, terrazas y patios sin techar. El edificio Estoa es un espacio con el que la UDEM busca enriquecer la vida estudiantil, mejorar la experiencia de su comunidad y contribuir a la generación de espacios públicos y de convivencia familiar en la zona.
Conoce la entrevista completa realizada por el equipo de ArchDaily en donde podrás conocer detalles sobre el proceso de diseño así como los retos y los aportes más importantes por parte de la arquitecta mexicana Tatiana Bilbao.
Vanessa Vielma: ¿Desde hace cuánto estás trabajando en este proyecto?
Tatiana Bilbao: Desde Octubre del 2015 llego con una tarea muy complicada, representaba un reto muy grande porque ya había un proyecto ejecutivo terminado, incluso ya estaba contratada la obra e iniciada la excavación. Cuando cambia el programa, surge una necesidad de cambiar el proyecto y de cambiar incluso de arquitecto, es en ese momento cuando me invitan. Fue un año complejo porque estábamos resolviendo todo al mismo tiempo, un proyecto que se debió haber hecho en cuatro años concluyó en uno solo. Fue un reto muy grande, sin duda es nuestro primer proyecto de este tamaño (casi 100,000 m2 de construcción). Al mismo tiempo estábamos haciendo los edificios en Francia que no se compara en metros cuadrados pero sí en complejidad, estos son proyectos que están empujando a la oficina a enfrentarse con este crecimiento exponencial que ha tenido en los últimos meses.
VV: ¿Cuál fue el reto más grande en el proyecto?
TB: El tiempo sin duda, el programa estaba bastante claro pero durante el proceso se modificó y aumentó el tamaño del edificio. No lo mencioné en la conferencia pero una de las cosas que hizo cambiar la estrategia fue eso, eso nos hizo reflexionar porque yo de cualquier forma lo habría hecho así. Otro reto al que nos enfrentamos fue el tema del presupuesto, logramos estar abajo del mismo pero esto lo logramos gracias a la supervisión. Me sorprende la cultura de trabajo en Monterrey, es muy franca y muy directa, no perdimos tiempo en el proceso, para mi fue muy bueno trabajar en un proceso así, con orden, con integridad, profesionalismo, dirección y eso mismo fue lo que ayudó a que el proyecto se concluyera en el tiempo establecido.
VV: Cuéntanos un poco más sobre las modificaciones y/o aportaciones al programa por parte de tu estudio
TB: El programa estaba muy bien definido pero no estaba tan bien digerido, lo tenían contemplado como un edificio que le pudiera dar servicio a los estudiantes pero a través de un estacionamiento, esto limitaba muchísimo el espacio de relación con el campus. Lo que hicimos fue una gran plaza en 5,000 m2 a la que se le añadían los edificios, el proyecto anterior era lo inverso a esto y fue aquí cuando entra nuestro aporte al programa, el entendimiento iba hacia generar un espacio para la gente.
VV: ¿Cómo te inspiras para abortar el tema de la materialidad?
TB: Para nosotros era muy importante la estructura de este edificio porque es el acceso principal de la UDEM, es la conexión con la ciudad. Es un edificio de engrane, entonces una de las ideas principales era cómo mostrar eso para que dialogara con su estructura pero en un momento nos dimos cuenta de que empezaba a competir demasiado y que de le daba una cara dura a la ciudad. Fue aquí cuando nos preguntamos: ¿qué pasa si pensamos en texturas? y ¿qué pasa si pensamos en que la textura además tiene una tonalidad distinta? al final decidimos pensar en el horizonte. Para nosotros la plaza era algo muy importante que remarcar, así lo hicimos a través de entender el volumen con esta sensación de horizonte, el color se degrada de oscuro a claro y de claro a oscuro en ambas direcciones.
VV: ¿Cuál crees que es la aportación de esta obra no solo al campus sino a la ciudad?
TB: Funge como conector, la UDEM no tenía una cara a la ciudad, era una reja con un letrero. Ahora todos los espacios dan a la calle, a la ciudad, cuenta con una escalera principal que permite al peatón entrar directo a la plaza comercial sin tener que subir al campus, una parte de la plaza es completamente pública lo cual no existía.
VV: ¿Qué crees que va a pasar con el modelo de enseñanza actual?
TB: Justo nuestro edificio no tiene aulas, tiene espacios en donde los estudiantes aprenden de sí mismos y creo que eso es lo que va a pasar en un futuro. Las universidades tienen que seguir existiendo como puntos de encuentro porque somos seres humanos sociales y yo no entiendo el futuro sin espacios de encuentro social. No hay manera de aprender siendo autosuficientes, necesitamos de nuestro entorno para todo y por ello creo que la universidad no puede desaparecer como espacio físico, va a seguir cambiando el sistema educativo hacia una estructura mucho más horizontal. Yo siempre les digo a mis alumnos al inicio del semestre que no se sorprendan, que yo voy a aprender con ellos.
