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Arquitectos: Alvaro Gajardo, Manuel Pizarro Arquitectos Asociados
- Área: 160 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Felipe Vilches, Alvaro Baile
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Proveedores: Teka, VALVO, Sherwin-Williams, -, AB Kupfer, Adobe, AutoDesk, Bosch, Cintac, Cintac®, Comercial Rey, Fidel Espinoza, Google, Los Alisos, MK, Microsoft Office
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La Reforma del departamento Vital Apoquindo es una intervención interior de un departamento de los años 90” en la comuna de Las Condes, Santiago de Chile. Ubicado en el cuarto y último piso del edificio. El departamento se organiza en dos cuerpos o niveles, separados por una diferencia de media altura que divide el acceso y la cocina de la zona de los dormitorios, y en un segundo plano, más abajo, el living y la terraza – Quincho. El departamento mira hacia toda la ciudad de Santiago desde una ubicación privilegiada en la falda del Cerro.
El diseño del proyecto buscó generar interiores amplios y limpios, para lo que fue necesario botar muros que interrumpían las vistas y la iluminación de los espacios. Esta idea de espacios limpios se vio potenciada utilizando una base de muros color blanco y un piso de madera dispuesto como espina de pescado, base sobre la cual se añadieron elementos importantes de diseño como la gran losa en voladizo de hormigón pulido en la cocina y las losas pulidas más pequeñas en los baños y el quincho. Así mismo se incorporó en el living el diseño de un mueble de fierro dulce colgante, pintado color negro, como biblioteca y otro en la cocina del mismo material.
La seguidilla de puertas de madera de grandes paños en corredera, con su entablado de madera reciclada dispuesto en diagonal articula los espacios (cocina, logia, living y dormitorios) y busca armonizar el total de la intervención junto con el piso abriendo y cerrando espacios según el uso. La escalera que salva la diferencia de nivel entre el hall del comedor y el living era originalmente deficiente y no se reconocía el descenso con detención, por lo que fue intervenida en hormigón pulido, extendiendo la huella de sus peldaños hasta los 60 cm cada uno, haciendo una escalera más pausada, segura y protagonista en el descenso.
Los cielos en su mayoría blancos buscan ampliar el espacio, intervenido solamente por la iluminación y tuberías negras que albergan la canalización del cableado. Por otro lado el cielo de la cocina se ejecutó con tablas de madera terciada cortadas y pintadas en color blanco albayalde para diferenciarlo (como cielo) del total del departamento. En el caso de los baños, los cielos fueron un “rescate fortuito” y un acierto a la vez, al descubrir en obra un hormigón tableado añoso a la vista que apareció al sacar el cielo falso de los baños. Este hormigón quedó tal cual a la vista en los baños del nuevo proyecto.
Los aceros de la quilla del mesón de la cocina, así como manillones y marcos de puertas de corredera, son aceros de demolición. Al igual que las maderas restauradas de puertas y muros, estos elementos lograron darle calidez y un sentido de preexistencia a los materiales, entregándole un espíritu al proyecto, un “genius Locci” (Norberg-Shulz, arquitecto noruego), esa sensación de estar en un lugar con espíritu y con alma.