'Praxis' de Manuel Cervantes Estudio, es una muestra inaugurada dentro del marco del Festival de Arquitectura y Ciudad Mextrópoli 2019 en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, Ciudad de México que estará abierta del 8 de marzo al 9 de junio de 2019 que busca mostrar una mirada introspectiva sobre lo que el taller ha pensado y construido durante los últimos diez años en el estudio. De forma cronológica, croquis, maquetas y fotografías, presentan las propuestas y el análisis que han dado vida a proyectos e investigaciones arquitectónicas y urbanísticas en diversas latitudes.
El objetivo de esta exposición yace en el cuestionamiento al quehacer de la oficina; la confrontación con su propio pensamiento y la posibilidad de hacer una pausa que permita reflexionar, evolucionar y reinventarse para poder continuar. En esta entrevista, realizada por ArchDaily, Manuel Cervantes nos cuenta aspectos íntimos sobre el trabajo de su oficina, así como el proceso para realizar esta exhibición, cómo se define como arquitecto contemporáneo y por qué cree que es importante documentar el proceso arquitectónico a lo largo de los años.
Monica Arellano: ¿De qué dirías que trata tu trabajo? ¿Cuáles son las principales intenciones?
Manuel Cervantes: Quizás es una pregunta capciosa porque de alguna manera en la muestra se hablan de 10 años de trabajo, no de 10 años que tenga la oficina y ese trabajo muestra una intención más pragmática, a veces funcionalista y con una tectónica que busca ese razonamiento que nos ha llevado a desarrollar una serie de distintas tipologías. Sin embargo, al final de la muestra en los últimos proyectos (y por ende los últimos años), estamos visualizando que la intención debería de ser más volcada hacia la experiencia humana.
En este momento las intenciones y las inspiraciones del proyecto que iniciamos en el taller –aunque traen un bagaje técnico y toda una forma de construir–, tratamos de que se dirigan imaginando la experiencia y no necesariamente la arquitectura per se. Esas intenciones que están en la muestra empiezan de una forma pero evolucionan y las intenciones actuales se apegan a las que se muestran al final. Entendiendo que así es como quisiéramos trabajar hacia delante y digo quisiéramos porque no necesariamente lo estamos haciendo a la perfección. A veces todo este bagaje que traes es difícil de sacudir y cuando empezamos un proyecto nuevo lo hacemos intuitivamente con la misma metodología. Ahí está el reto y esta muestra habla de esta búsqueda de reinventarnos. Podríamos resumir todo esto a que la experiencia humana es hoy en día la intención y el motor para realizar más proyectos.
MA: ¿Cuál fue el proceso que llevaste a cabo para realizar la curaduría de la exhibición ‘Praxis’?
MC: Cuando nos invitan a hacer esta muestra, decidimos convertir el espacio en una continuación de nuestro taller. No hubo una intención de fabricar material, simplemente queríamos mostrar la cotidianidad de nuestro proceso, de nuestro diseño y de alguna forma queríamos convertir este simple gesto en un ejercicio de reflexión al interior de la oficina que tiene que ver con estos 10 años que inician con la crisis del 2008 y terminan hoy en día.
Ha sido un periodo que marcó todos nuestros procesos en la oficina. En esa mesa se muestran momentos de inspiración, así como referencias de una serie de viajes y de visitas plasmadas en fotografías y la intención de esto era mostrar la cotidianidad, lo íntimo del taller. Mas allá de mostrar, queríamos emocionar e inspirar al visitante, crear una una sensación positiva. Entonces el discurso interior que nos llevó a elaborar lo que se ve es justamente una reflexión, una introspección al pensamiento y al diseño de la oficina que ha creado este cuerpo de trabajo y que busca evitar la repetición.
MA: ¿Podrías hablarnos un poco más de cómo funciona tu oficina?
MC: Quizás no hay nada nuevo, somos un taller pequeño el cual se divide en cuatro o cinco células, cada una independiente de la otra, cada una desarrolla un par o un grupo de proyectos en distintas regiones. Dentro de esta forma de trabajo, los arquitectos y las arquitectas tienen la oportunidad de ver el proceso completo de la obra, desde la conceptualización, todo el proyecto arquitectónico, ejecutivo, el proceso con el cliente hasta la construcción y que de alguna forma cierra el ciclo.
Insisto mucho en la oficina que la gente debe vivir el ciclo de una obra aunque sea largo, si uno como arquitecto no entiende todo el proceso es muy difícil hacer arquitectura. Estoy convencido de que el objetivo de la arquitectura es poder construirse para celebrar la vida humana.
MA: ¿Cómo definirías tu papel como arquitecto contemporáneo?
MC: No sabría definirme como tal. Sin embargo, creo que en la actualidad imaginando mi papel en mi generación, existe una inquietud y una búsqueda; hablo incluso por algunos arquitectos mexicanos de mi generación pues creo que tenemos esa idea de la experiencia humana como el fin quizás más importante de la arquitectura.
Podríamos imaginar al taller haciendo una exploración más sencilla de la arquitectura, más abocada a la materialidad, a la experiencia humana y también quizás definiéndonos sin una intención estética clara. Ha sido importante entender que no queremos tener un estilo arquitectónico como tal porque limita demasiado. Me parece una pregunta complicada, hablar de uno mismo a veces es difícil, pero así imagino la contemporaneidad de la arquitectura, de la oficina, como algo más humano y menos formalista, más apegado al sitio, menos intelectual y de alguna forma más sencillo de diseñar, construir y definir.
MA: ¿Por qué crees que es importante no solo documentar el proceso arquitectónico sino exhibirlo en un espacio como lo es el Colegio de San Ildefonso?
MC: No sé si es importante hacerlo. Como decía al principio, la exhibición muestra de alguna forma lo que tenemos, lo que hacemos, cómo trabajamos, cómo producimos y cómo se estructura el cuerpo de trabajo en la oficina. No habido una intención por documentar nada, tampoco una intención por crear un acervo, simplemente se muestran las maquetas que utilizamos para comunicarnos con los clientes así como las libretas con todos los croquis, ideas y dibujos que materializan las ideas iniciales y los procesos de los proyectos.
Están las fotografías de obra que de alguna forma sí documentan –en este caso te doy la razón– y en donde sí hay una intención importante de documentar por lo menos el proceso constructivo en donde sabemos que empieza a conformarse una atmósfera interesante. Aquí sí considero muy importante ese registro fotográfico, mismo que que habla de la honestidad de cómo nuestros dibujos y nuestras intenciones realmente existen desde las primeras etapas de construcción.
Es importante el registro fotográfico de la obra terminada y por terminada no me refiero al momento en el que se entrega, si no a lo que viene después con los años. Considero que es importante porque exhibe lo que le sucede a las obras diez o quince años después ya que como decíamos, la arquitectura debe de diseñarse para construirse y mantenerse por sí sola. Esta arquitectura a veces se destruye y algunos arquitectos argumenta que es por culpa del cliente, pero creo que está mal direccionada desde un principio, se direccionó de una forma que no le permite existir por sí sola y por eso muta, se transforma, por lo que a los ojos del mundo se destruye, pero yo no creo que se destruya, se adecúa a una necesidad real y no al capricho de una intención.
La muestra tiene toda esta colección de objetos, libretas y fotografías que muestran el quehacer diario del taller y entonces sí podría decir que se vuelve relevante tener toda esta información porque nos permite vivirla, tenerla en un solo espacio y cuestionarnos qué hicimos y hacia dónde vamos. Entonces quizás me contradigo y te vuelvo dar la razón: sí es importante tener de alguna forma un registro que te permita darte cuenta lo que has hecho para con eso visualizar el futuro, ese es el valor que puedo darle a tener ese registro, a tenerlo expuesto porque tenerlo en el museo de alguna forma te desnuda ante ante la opinión pública, te desnuda ante las visitas, te expones y esa exposición siempre es positiva en la vida porque te hace reflexionar.
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