- Área: 125 m²
- Año: 2018
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Fotografías:David Frutos
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Proveedores: HP mobiliario, Nuevo Tecnoluz, Quiles Suministros de Construcción, Todobarro
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto del estudio está basado en los patios ajardinados que forman parte de las viviendas tradicionales del entorno rural de Elche en los que predominan la vegetación y materiales de color terroso como piezas de barro cocido, tierra o pavimentos de morteros que utilizan la tierra del entorno. El espacio diseñado es el resultado de plantear un “patio interior ajardinado” que sirve de base sobre la que añadir, de forma armónica, una serie de miniproyectos: las jardineras, la mesa de trabajo, las instalaciones, el armario, el muro cerámico y el baño. El primero de ellos contempla la colocación de una serie de jardineras longitudinales situadas en el perímetro del local que tiene iluminación natural y que configura el jardín de este “patio interior”. Este aspecto le confiere, al espacio diseñado, de un carácter cambiante al estar configurado con un “material” vivo, que crece y que lo transforma con el tiempo.
Conversación directa, indirecta, aislamiento, cercanía, separación o distintos niveles de relación visual entre las personas que forman un equipo definen las premisas del espacio de trabajo. La respuesta a estos condicionantes podría dar lugar al diseño de piezas individuales que respondan a cada uno de ellos, sin embargo, la propuesta trata de unificarlos y propone el diseño de una sola mesa. El diseño de la mesa incluye una serie de plantas naturales que permiten tamizar las relaciones visuales entre los miembros del equipo que la utilizan. Las jardineras necesitan una serie de conductos que les permitan llevar la instalación de riego por goteo y la mesa necesita la iluminación artificial adecuada: aparece el tercer miniproyecto.
Dos capas de geometría sinuosa separadas de la pared longitudinal ciega del local definen un área de almacenaje. La primera de ella está formada por listones de pino y la segunda la forma una cortina de hilo blanco. Ambas capas se intersectan dando continuidad longitudinal al espacio de trabajo y permiten valorar el grado de transparencia del material que se muestra, se insinúa o se oculta valorando, por lo tanto, lo que se muestra, maquetas… y lo que no, materiales y documentos o la zona de servicio. El muro cerámico de la sala de reuniones queda resuelto por una fábrica en la que los ladrillos, colocados a 90º, la curvatura de sus formas y el uso de moquetas en el trasdós y pavimentos de la sala, para que favorezcan las condiciones acústicas de este subespacio sin necesitad de aislarlo espacialmente al 100%.
Finalmente, la zona de servicio queda oculta tras la capa de hilo y la definen un office y un baño. El diseño de cada uno de estos miniproyectos y su adición no definen por sí solos el espacio de trabajo diseñado, sino que es su correcta interrelación la que permite obtener un proyecto más complejo que incide directamente sobre el usuario del espacio, sobre la forma de percibirlo, un espacio lentamente cambiante, sobre la concentración y distensión .