Wladimiro Acosta construyó una serie de viviendas que constituyen ejemplos consagrados de la arquitectura moderna de Argentina. Uno de estos casos es la Casa Miramontes, proyectada a fines de 1938 y terminada a principios de 1940, como residencia de vacaciones para un matrimonio y sus dos hijos en la ciudad de La Falda, sierras de Córdoba.
Vladímir Konstantinowski nació en Odessa, Rusia. En 1928 viajó a Buenos Aires, su nueva residencia y lugar donde se autodenominó Wladimiro Acosta, respetando el apellido de su abuelo español. Fue relevante su viaje y estadía en Brasil, donde retomó el contacto con su compatriota Warchavchik y se vinculó con la vanguardia creativa del país, que relacionaban las manifestaciones contemporáneas internacionales con las tradiciones locales. En este sentido, fue nombrado asesor del Consejo Deliberante de la ciudad y representante argentino de los CIAM. Su contribución a la arquitectura se destacó en las elaboraciones teóricas, como el desarrollo del sistema Helios -su investigación exhaustiva de la trayectoria solar- y su libro Vivienda y Ciudad, donde consecuente con su pensamiento, abordó estudios de estandarización y viviendas mínimas.
Durante la década del '30, en Argentina se incrementó la obra pública a nivel nacional, manifestándose principalmente con lenguaje moderno; esto no era azaroso, sino que contaba con la intención de mostrar eficiencia técnica y administrativa. Llegó también a la esfera privada, cubriendo las expectativas de renovación técnica y estética a partir de las nuevas perspectivas de higiene y salud.
La Casa Miramontes está implantada en un extenso terreno que permitió elegir cuidadosamente su orientación, siendo la norte la más óptima. A partir de la latitud geográfica se calculó la altura y saliente que debía poseer la losa visera para ser eficiente.
El resultado abordaba el vinculo entre el hombre con el paisaje del entorno. Por un lado, por la oposición del lenguaje racional con el natural, y por otro, a partir de la generación de espacios intermedios y el encuadre de visuales utilizando geometrías puras.
Dentro de sus viviendas, se aprecia el uso de la piedra, claro vínculo con su implantación ya que la piedra caliza se obtenía de las sierras cercanas, combinándola con ladrillo como mampostería de cerramiento de un esqueleto de hormigón armado.
Su función se desarrolla entre la secuencia, el recorrido y el uso del tiempo. Sus plantas son expansivas, recintos menores se vuelcan a recintos mayores. Retoma imágenes típicas de la vivienda argentina como el “porche” de entrada, una pausa al entrar marcada por un balcón superior saliente, el patio entoldado semi- exterior, la azotea, la pileta y la galería. Manteniendo una zonificación moderna, mantiene los servicios en la planta baja y la parte más íntima en la alta, usando espacios característicos de las casas locales con fines bioclimáticos.
La vivienda actualmente se mantiene como propiedad privada a pesar del interés de los arquitectos de la región por constituirla como patrimonio arquitectónico y así mantener su estado original, el ingreso a ésta se mantiene imposibilitado, lamentablemente.
Acosta es de los profesionales que han logrado un claro equilibrio entre la teoría y la práctica, resolviendo así las condicionantes del diseño. Sus estudios y escritos se mantienen vigentes en la actualidad y constituyen una herramienta muy relevante en la materia del diseño, sobre todo en cuanto a la eficiencia climática.
Bibliografía
- Müller, Luis: Los cielos del sur. Tres casas de Wladimiro Acosta y una interpretación de la arquitectura moderna en Argentina. 27 Bitácora arquitectura. Julio 2014.
- Nuestra Arquitectura 7. Julio 1943.
- Wladimiro Acosta 1900-1967. T6 Ediciones, SL. 2008.
- Kozak Daniel, Koffsmon Esteban, Férnandez Analía. Wladimiro Acosta y el Sistema Helios. Estudios de casos: viviendas unifamiliares en La Falda, Córdoba y Bahía Blanca, Buenos Aires.