En el relieve del territorio colombiano se encuentran zonas llanas y montañosas. Sin importar la complejidad que pueda implicar para el desarrollo urbanístico, sobre este se han fundado sus ciudades principales, desde su capital – Bogotá - y hasta Medellín y Cali. Esto ha representado un desafío en el campo de la construcción y la movilidad, pero así mismo ha abierto las puertas a la innovación y a generar proyectos arquitectónicos que se empalman al territorio montañoso, a su entorno según la altitud sobre el nivel del mar y a su cultura.
Con la cordillera de los Andes extendiéndose en tres ramificaciones sobre Colombia, en el área se han desarrollado proyectos ya sean próximos a cuerpos acuáticos como lagos o represas, y otros establecidos en las periferias de las ciudades. Espacios educativos, recreativos y residencias han hecho parte de esta selección, que también ha invitado a sus habitantes a conectarse con la naturaleza y con la condición montañosa del país.