Si te preguntan sobre confort, ¿qué es lo primero que se te viene a la mente? ¿Acabados lujosos, sillas de felpa y elegantes interiores? Pocos pensarían en su oficina, y el posible culpable es un desconocimiento fundamental de una definición alternativa de confort o comodidad.
Cuando es definido como un estado de bienestar físico derivado de las disposiciones que son necesarias para que los ocupantes realicen tareas específicas del espacio, es evidente que los arquitectos desempeñan un papel clave, y que la comodidad no se trata solo de espacios cómodos para actividades de ocio.
Arquitectos y diseñadores son responsables de las cualidades visuales, térmicas y acústicas de los espacios, sin mencionar la calidad del aire en el interior de nuestras oficinas y hogares. Esto es fundamental teniendo en cuenta que alguien que viva en ciudades pasa un promedio del 90% del tiempo en espacios interiores.
Experimentamos constantemente las consecuencias físicas, psicológicas y fisiológicas del equilibrio (o desequilibrio) del diseño ambiental interior. Con esto en mente, el confort térmico parece obvio (y lo es), pero desafortunadamente el confort como un objetivo holístico de la arquitectura no se ha tomado en serio. Más allá de medir los aspectos acústicos y visuales de un espacio construido, los arquitectos deben tener una comprensión robusta de los conceptos subyacentes que impulsan las mejores prácticas.
Una clara comprensión de cómo los materiales elegidos afectarán las evaluaciones cualitativas de salas de conferencias, hogares y teatros puede mejorar la toma de decisiones tectónicas básicas que, a su vez, puede crear espacios más cómodos.
Factores de confort y cómo se miden
Confort acústico: se caracteriza por un nivel de sonido adecuado. Esto significa la total ausencia de sonidos no deseados y medir la calidad de los sonidos que queremos escuchar. Dependiendo del tipo de edificio (residencial, oficina, escuela, atención médica u hotel) y de la actividad, uno debe emplear los parámetros adecuados de confort.
Confort visual: siendo crucial para una óptima sensación de bienestar, la luz da vida a la arquitectura, pues diferentes tareas requieren niveles específicos de cantidad de luz. La óptima distribución espacial contribuye a la experiencia de la luz natural y artificial. Una conexión visual con el mundo exterior a través de vistas exteriores funciona en estrecha relación con nuestro reloj biológico y, junto con la calidad interior, proporciona una apreciación general de la estética.
Confort térmico: está determinado por la temperatura del aire, la humedad y la ausencia de corrientes de aire. Los niveles térmicos ideales varían según la geografía y la cultura, pero en general, las temperaturas interiores entre 21°C y 24ºC son las más cómodas.
Calidad del aire: está determinada por el suministro de aire fresco, contaminantes y olores. Comúnmente se evalúa midiendo la concentración de CO2 y COV (compuestos orgánicos volátiles), así como el número de micropartículas y la presencia de toxinas biológicas.
Recursos, eficiencia y bienestar
Considerando que cada semana un millón de personas se mudan a las ciudades en todo el mundo, debemos tener en cuenta cómo construir de manera sostenible (reduciendo la gran dependencia de los recursos naturales) al tiempo que consideramos la salud y el bienestar de los ocupantes.
Un buen estado de salud no es solo una preocupación personal: para la sociedad hay un alto costo económico asociado a personas poco saludables y alteraciones en los niveles de productividad. Según un informe [PDF] de la Sociedad Estadounidense de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado (ASHRAE por su sigla en inglés), la reducción de enfermedades respiratorias, alergias y el resfriado común puede ahorrar decenas de miles de millones de dólares.
Y es una tarea que comienza en el diseño.
Como arquitectos, debemos reducir la brecha de conocimiento entre nosotros y los consultores expertos y así aprender conceptos simples para abordar los problemas que debemos enfrentarse. Este enfoque consciente no solo ayuda a los usuarios cotidianos de un edificio, sino que también desempeña un papel importante en la sostenibilidad y la circularidad.
Los arquitectos, fabricantes y contratistas deben conocer el manejo de los desechos, especialmente a medida que los proyectos de renovación y renovación se vuelven cada vez cotidianos en nuestra disciplina. Algunas estrategias a tener en cuenta al diseñar nuevos proyectos o intervenciones van desde el fácil desmontaje de los sistemas de construcción prefabricados y modulares hasta la impresión 3D y, lo que es más importante, el uso creciente de la metodología BIM para reducir tanto el tiempo de construcción como la generación de residuos y los costos logísticos.
Los arquitectos pueden manejar la eficiencia de los recursos y la comodidad de maneras muy sutiles pero importantes, y esto es una mera introducción a una discusión mucho más amplia y rica. En esa línea, durante 2019 publicaremos artículos que destaquen las mejores prácticas para hacer edificios bien diseñados, cómodos y conscientes de los recursos.
Estos principios pueden y deben aplicarse en cualquier tipo de clima, en una variedad de tipos de edificios. Para obtener más información sobre los aspectos de la ciencia de la construcción que hacen una gran diferencia, puede consultar nuestra creciente selección de contenido dedicado a la comodidad y la sostenibilidad en la arquitectura. También hay una amplia selección de contenido educativo en la página Multi-Comfort de Saint Gobain.
Con este conocimiento, los arquitectos pueden y deben convertirse en líderes en diseños sostenibles y energéticamente eficientes. Otra ventaja: al reducir el desperdicio en los procesos de construcción asociados con los principios básicos de confort, también contribuirá a un mundo más inteligentemente urbanizado y menos dependiente de los recursos.
Imágenes cortesía de Saint-Gobain. Ilustraciones de Elise Géhin