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Arquitectos: Leandro Lingeri, Novak Jensen Blom
- Área: 135 m²
- Año: 2016
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Proveedores: Chapa, Concreto, Hierro, Madera, ladrillo
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Proyecto consiste en la reforma de una vivienda de los años 50 de 120 m2 cubiertos, Ubicada en esquina estratégica del barrio de las cañitas, la casa permaneció abandona por más de 15 años. La vivienda se desarrolla en una planta a la cual se accede desde la calle por escalera y una terraza con un espacio de servicio conectada por una escalera exterior.
La premisa del proyecto fue la apertura y flexibilización de los espacios, explotar al máximo el ingreso de luz sin modificar la fachada original y reorganizar la circulación.
Se mantuvieron los espacios privados originales de la vivienda y se reconvirtieron los espacios comunes. La circulación se organizó alrededor de un elemento ordenador que contiene el toilette y parte de la cocina, que a su vez permite a través de paneles corredizos integrar los espacios o aislarlos de acuerdo con las necesidades específicas de cada momento.
La escalera de ingreso se corrigió de recorrido permitiendo la ampliación de la sala de estar tanto espacial como visualmente ya que se integraron espacios sin uso y se permitió así el ingreso de luz natural desde el patio.
Mediante un volumen de estructura liviana y terminación de chapa ondulada se conectó la planta superior con la circulación de la planta inferior, este elemento conector permite además el ingreso de luz natural cenital a la planta inferior y define por su impronta el carácter de la terraza. El espacio de servicio se acondiciono para funcionar como family y taller y se mantuvieron las carpinterías originales de grandes dimensiones que permiten amplias visuales a la tarraza y a las copas de los árboles que parecen integrarse en el ambiente, finalmente se proyectó una pérgola que funciona como expansión del taller y cobijo en la terraza abierta.
La terraza se pensó como un patio urbano en una zona donde abundan los edificios altos entre medianeras, los arboles funcionan de tamiz entre el ruido de la calle y aportan privacidad a este espacio que resulta un oasis en el medio de la ciudad.