Después de visitar numerosos sitios que han sido escenarios de lamentables eventos de crímenes de lesa humanidad y conflictos de violencia, uno puede realizar una simple observación: el lugar de la memoria colectiva no sólo se encuentra sujeto únicamente a un edificio memorial que recuerda a partir de nombres e historias. Especialmente en Latinoamérica, es además un lugar donde también se evoca a través del encuentro y los reclamos de las personas.
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En Buenos Aires, el lugar de la memoria probablemente está en la Plaza de Mayo -donde actualmente cada día se van sumando más vallas que restringen su acceso- reviviendo las acciones de las Madres exigiendo justicia contra la dictadura.
En Ciudad de México quizás en la Plaza de las Tres Culturas, lugar de la masacre de Tlatelolco, uno de los acontecimientos más resonantes del país, sintiendo el movimiento estudiantil de 1968 con su tradicional marcha anual.
En Santiago de Chile, puede estar en Plaza Italia o también en la Plaza de la Ciudadanía, inmediato al Palacio de la Moneda, con una historia que se refleja en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Mario Figueroa, Lucas Fehr y Carlos Dias.
Un edifico que se ubica en otro sitio de los hechos, pero que brinda el necesario espacio para actos y manifestaciones. Al parecer funciona, tras los comentarios del ex Ministro de Cultura Mauricio Rojas contra el museo, ahí mismo el lugar tuvo capacidad para la marcha con el lema “Volver a Pasar por el Corazón” que brindaba apoyo al museo.
Recordar = Volver a pasar por el corazón ❤️
— Museo de la Memoria y los Derechos Humanos (@MuseoMemoriaCL) 17 de agosto de 2018
Muchas gracias a las más de 15 mil personas que nos acompañaron en este gran encuentro donde a todas las voces se unieron en una sola voz: ¡La memoria está más viva que nunca! ✨#YoProtejoLaMemoria #TodoMiAmorEstáAquí pic.twitter.com/V0ldnqEJbX
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