- Año: 2018
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Fotografías:David Zarzoso
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Proveedores: Flos, Arkoslight, INCLASS, Santa & Cole
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El antiguo convento de San José en Valencia se abre al mundo bajo el nombre de Convent Carmen y una nueva narrativa que equilibra diseño, historia y naturaleza. Se trata de un espacio cultural, de restauración, y próximamente hotel, que transgrede los modos convencionales de expresión en su género. Empezando por una intervención en la iglesia desacralizada, hasta la exuberancia de su jardín bucólico, y la explosión de actividades sociales para las que conscientemente se ha preparado el espacio. La actuación expresamente minimalista del estudio empieza por la iglesia, convertida en principal acceso, rótula y espacio polivalente.
Una armadura metálica independiente reinterpreta la forma original de este edificio religioso del S. XVII, articulando un flujo de líneas contemporáneas y añadiendo una nueva dimensión al espacio renacentista. Diseñada como una escultura del siglo XXI, ha sido proyectada de forma totalmente independiente a los muros de la iglesia, bien por motivos patrimoniales, por los que su catalogación impedía cualquier fijación en sus actuales muros, como de concepto. La nueva estructura integra todos los elementos técnicos audiovisuales, además de un expresivo sistema de iluminación de colores con RGB que lo hará mudable, tanto formal como emocionalmente. Su diseño actúa como un hilo conductor longitudinal y transversal, proyectado con diferentes secciones de perfilaría metálica, esmaltada en color negro.
A través de este elemento se pretendía desarrollar una evidente conexión pasado-futuro, y como ya ocurriera en el Renacimiento la cúpula cobra un protagonismo esencial. El cruce entre las dos naves era el punto más importante de su arquitectura, y es donde se ha proyectado una réplica simbólica de la bóveda, mediante la sucesión de tres círculos a diferentes alturas que crean una forma parabólica en el espacio. En ella se han fijado multitud de lámparas colgantes a modo de gran elemento lumínico, que será el preámbulo al altar o nuevo escenario. Este espacio para la celebración del rito religioso, ahora se transforma en un lugar privilegiado para músicos, conferenciantes y multitud de actores, que harán de éste uno de los principales focos participativos de la ciudad. La simplicidad de esta intervención demuestra la importancia de contenerse y hacer poco ruido cuando el contexto ya expresa con fuerza sus memorias.
Contiguo a la iglesia encontramos el jardín. Un oasis desconocido dentro de la ciudad de Valencia, proyectado como un verdadero “mercado” gastronómico. Tomando el concepto callejero de “food trucks” se han trazado tres puntos gastronómicos en forma de containers en los que se realizan diferentes tipologías de cocina, y alrededor de los cuales el cliente puede instalarse en distintos sistemas de asientos. Toda la oferta culinaria la coordina el prestigioso chef Miguel Ángel Mayor (1 estrella Michelin), con planteamientos de cocina fusión, pasando por el “street food”, fritos andaluces, sushi japonés, o evolucionados platos de pollo a l’ast.
En un entorno de naturaleza verde y viva, los pequeños gestos arquitectónicos a base de containers se recogen alrededor de una gran pérgola que los acompaña, creando sombra a los comensales y un poético juego de luces. De manera estratégica situamos a lo largo de todo el jardín el mobiliario diseñado a medida (zonas altas de taburetes, mesas corridas, mesas bajas, tumbonas y hasta asientos suspendidos en forma de columpio) adaptándolo a cada uno de los territorios sin tener que modificar la geología del lugar. Este mobiliario se ha diseñado a base de estructuras metálicas tubulares y superficies de tablero fenólico teñido en negro, que contrasta con el resto de elementos vegetales que emergen en el lugar.
Un escenario para actuación, acabará de definir un espacio que busca inspirar entretenimiento y que también, de forma estratégica, acapara la mejor situación del lugar, para que todos los visitantes disfruten de las actuaciones. Finalmente, la magia de la luz. Los atardeceres cobrarán un nuevo significado en este jardín urbano cuando entre en funcionamiento la iluminación ambiental. Del mismo modo que en la iglesia, mediante un sistema controlado de luz de colores RGB, se transformará por completo el entorno. Los árboles, delicadamente iluminados, se convertirán en los grandes protagonistas y las lámparas distribuidas en las pérgolas y barras, acompañarán a los comensales.