- Área: 450 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Adrian Mora Maroto
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Ubicada en la zona alta de un pequeño municipio del interior de la provincia de Valencia, con entramado de calles irregular de origen árabe, y en especial, con excelentes vistas a la Sierra de Chiva y al Valle que conforma el Rio Turia a su paso por el municipio.
Nos encontramos con una antigua casa de una planta y un precioso jardín de buganvillas en una parcela con gran desnivel, y con viviendas próximas de cierta antigüedad y escaso interés. Se plantea un proyecto introvertido, con una pieza prismática cerrada a tres lados, y totalmente abierta al lado de las mejores vistas. De esta forma, la vivienda preserva la máxima privacidad desde la calle y desde las viviendas vecinas, al tiempo que desde las dos plantas consigue abrirse totalmente.
Además, el volumen que comprende la vivienda se plantea con la intención de resolver en sí mismo el desnivel de la parcela, generando acceso a la vivienda desde los dos niveles y dando lugar a una división racional del programa, con aparcamiento y zona de ocio en planta baja, y zona de noche y día en la planta alta, que dispone de acceso a nivel desde la calle. Quedando ambas plantas unidas por una escalera, cuyo desarrollo se plantea en un volumen anexo lateral inclinado.
La planta alta queda constituida como un volumen puro blanco, con un gran vuelo en el lado frontal, y abierto en las terrazas que recaen a salón y cocina. Este prisma blanco vuela sobre un basamento de pizarra gris antracita en el que se apoyan las rampas laterales, y que se desvanece en el lado frontal, quedando éste totalmente abierto en el porche-voladizo y en la sala polivalente acristalada.
El carácter introvertido de la casa, que si bien se insinúa a través de las lamas del muro de fachada y a través del jardín de buganvillas, no permite reconocerlo más allá, se extiende también al interior de la vivienda. De esta forma, se produce un efecto sorpresa cuando al avanzar a través del gran vestíbulo -atravesando la zona de noche que queda oculta- se llega a la zona de día, como un único gran espacio abierto con excelentes vistas hacia la Sierra y el Valle.
En el interior, se generan ambientes muy puros y sobrios, con pavimentos porcelánicos de gran formato, revestimientos verticales blancos, techos blancos con integración de instalaciones ocultas, y con iluminación indirecta lineal. Cuentan además con una gran iluminación natural proveniente del sur, protegida por el gran voladizo y las terrazas frontales cubiertas.
En el exterior, se mantienen jardineras, zonas verdes y bancales ajardinados del fondo de parcela, e incluso la rampa de vehículos se materializa con pavicesped de hormigón dando lugar a un entorno natural, que se fusiona con las vistas largas, y que contrasta con la sofisticación del bloque construido. Y como no, se preservan las buganvillas que separan y unen la vivienda con su calle…