- Área: 405 m²
- Año: 2018
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Fotografías:David Zarzoso
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Proveedores: Arkoslight, INCLASS, JMM
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Provocando un espacio ligado a la filosofía del estudio y explorando a fondo la actividad de nuestros clientes, la nueva clínica Peydro Herrero buscaba equilibrar la formalidad de la odontología con la intimidad del diseño. Un proyecto marcado por la virtud de nuevos materiales y sometido a las barreras arquitectónicas del edificio en el que se sitúa, con desniveles y elementos estructurales difíciles de adaptar a la pura racionalidad de la propuesta.
Para silenciar los defectos y convertirlos en virtudes, de los desniveles nace un elemento suspendido y volado que aporta espectacularidad al proyecto, el mismo que aloja despachos de dirección, comunicación y planificación. El resto de la estructura también se adapta a las condiciones del espacio y queda definida de forma inteligente por distribuidores.
Se reduce el uso de la materialidad a lo esencial, en busca de una estética monocromo en un color gris texturizado, que dialoga de forma interesante desde paredes y techos con el suelo de resina y el resto de elementos. El vidrio se introduce también por su neutralidad a modo de paramentos en las dos zonas de espera y ocho boxes. Con un recubrimiento microperforado, degradado en negro, se consigue opacitar la parte inferior de su superficie, en busca de una tenue sensación de privacidad. Es una manera de crear subespacios menos visibles, y más íntimos, mientras que la parte transparente consigue que los mismo interiores que podrían sentirse comprimidos se sientan abiertos.
La fachada es una consecuencia de este mismo lenguaje de degradados, dejando al descubierto en la fracción superior de los ventanales la sencillez lineal del logotipo retroiluminado, ubicado en el dintel interior.
Quizás la gran particularidad de este proyecto sea las diferentes superficies verticales que, aun no cambiando de materia, sí lo hacen de forma. De liso a ondulado (como simplificación abstracta de la dentadura), este concepto se introduce a lo largo de todo el espacio, buscando una nueva narrativa más allá de la rigidez habitual de las clínicas odontológicas, en las que muchas veces la repetición de boxes acaba por impersonalizar los ambientes.
En este sentido, la riqueza que de una sutil ondulación, junto con el vidrio, proporciona a cada uno de los rincones de la clínica una mayor sensación de amplitud o “lujo espacial”. Tanto las salas de espera como las zonas de esterilización y quirófano, se proyectan de la misma forma acristalada y se apoyan con fuerza en revestimientos de madera de roble gris para equiparar la calidez de espacios.
Una tercera zona de espera abierta acompaña al quirófano y a la sala de recuperación, otorgando mayor dinamismo espacial y funcional a esta clínica de grandes dimensiones. Tanto esta zona como el resto de salas más privadas, se han vestido con los modelos de butacas Sam y Bud de la firma Carmenes, también diseñadas por el estudio.
El resto de espacios más privados los configuran la habitación de Rayos X, zona de fotografía, office para empleados, y servicios públicos y de personal. Salas ligadas a la misma materialidad y discurso de diseño.