Descripción enviada por el equipo del proyecto. Este lugar, configurado ajeno a nuestras lógicas y pretensiones programáticas, tiene carácter marginal y se ha auto-constituido como jardín espontáneo. Lejos de querer negar su carácter o de superponer un discurso abstracto sobre otras características del espacio, creemos que la intervención ha de servir para potenciar el jardín en sí mismo. Reivindicamos la re-programación de este espacio como acción colectiva.
La experiencia de vivir un jardín ha de ir más allá de la mera contemplación. La verdadera percepción del jardín, de su ahora –y del nuestro–, sólo puede experimentarse a través de la acción. Realizar una acción física, tangible, con la que pasemos a ser no solo observadores ajenos, sino parte del jardín, nos hace conscientes de que nuestras acciones individuales dejan huella, de que entre todos formamos el jardín colectivo.
La intervención planteada va más alla de esta Bienal. Entendemos el jardín como un proceso, no como un fin. Se trata de un diálogo entre el visitante y el jardín informal. Desde el 26 de mayo al 25 de noviembre, este será el jardín temporal del Pabellón Español de la Bienal de Venecia. Durante estos meses, las acciones de todos insuflarán energía a este rincón olvidado.
Después, una vez concluida la Bienal, volveremos a abandonar este espacio. Pero el jardín que habremos transformado seguirá ahí, ajeno a nosotros y a nuestra mirada. Y seguirá funcionando bajo sus propias lógicas, moviéndose, transformándose, hasta que volvamos a posar en él nuestra mirada en la próxima Bienal. Entonces el jardín será distinto, habrá crecido y evolucionado. Seguirá siendo el jardín (in)temporal.