Hablemos una y otra vez del tema hasta que lo oigamos realmente: la ciudad de Lima le da la espalda al río Rímac, y este nos habló caudalosamente el reciente año pasado con sus desbordes y desastres tras el fenómeno del niño. Entre tanto, surgieron ecos para mejorar la realidad en torno a este importante río y ser parte de la reconstrucción nacional. Así, el necesario concurso de ideas ‘Parque Fluvial Rímac’, organizado por la incubadora de soluciones urbanas Lima Design Network, promovió diversas formas para salvaguardar los límites entre naturaleza y apropiación; la urgencia de espacio público es inminente. No se construirá –no por ahora–, pero a través de estas difusiones proponemos agitar nuevamente las aguas y con-mover con este tipo de proyectos sensibles e ideales para la ciudad.
Este proyecto obtuvo el primer lugar del concurso buscando a través de la fuerza de los puentes solucionar la continuidad de espacios públicos a la vez de conectar ambos frentes del río en mención. El jurado calificador argumenta que es un “proyecto muy complejo y completo, que permite generar una estrategia desde variadas escalas de intervención (por lo tanto muy realista, considerando la realidad del lugar)”, sostiene Rafael Zamora. Asimismo, Pablo Vega Centeno considera que “en el proyecto, es sugerente el tratamiento de terrazas para un río que no tiene caudal estable”, definiendo el proyecto como:
Interesante la conceptualización con la paradoja del río como barrera o borde olvidado, al igual que el juego con la etimología de “hablador” en una ciudad que no permite comunicar. También es un acierto considerar las diferentes escalas que lo puede atravesar. Integrarlas es uno de los grandes desafíos en una ciudad como Lima.
Descripción por el equipo.
SIETE PUENTES PARA EL HABLADOR
Al Rímac se le conoce, desde el virreinato, como el río hablador. Irónicamente, los vecinos al rededor del río apenas se hablan. El río es una barrera, reforzada por el descuido, que lo ha convertido en un borde olvidado. El río hablador ya no tiene a quien hablarle.
Queremos que el río vuelva a hablar y que la gente hable sobre él. La propuesta busca generar nuevas relaciones entre el Rímac y el tejido de la ciudad: siete puentes peatonales conectados por un gran malecón rompen con el borde rígido de la rivera, creando espacios para detenerse y observar; disfrutar del río y el paisaje nuevo.
Se plantea una estructura modular para los puentes. Esta permite adicionarle fácilmente espacios de estar abiertos, o programas eventuales, con paneles que puedan modificarse según la necesidad del día. Además, la estructura permite manejar varias escalas, que se adaptan al entorno en la cual se colocan los puentes.
Para todos tiene espacio el río, y para todos se piensan sus puentes. Se plantean tres escalas de intervención: una de escala barrial; una intermedia, en donde ir a pasear un domingo y comprarle algún regalito a la suegra; y una metropolitana, que piensa el río como un punto de encuentro para toda la ciudad, en donde se podría celebrar un evento de gran magnitud.
Perpendicular a los puentes, recorre un malecón a un nivel intermedio, protegido de las crecidas, en el cual se resuelve también la defensa rivereña mediante un sistema de humedales. Finalmente, la intervención se completa con una red de ciclovías que conecten a los dos distritos que comparten la rivera.
Que los habladores vuelvan a hablar de El Rímac, nosotros les damos el espacio.
Nombre de proyecto: SIETE PUENTES PARA EL HABLADOR
Equipo: Gian Franco Pedreschi, Lorenzo Salinas, Alberto Norlander, Renzo Robles, Sergio Puch
Universidad: Pontificia Universidad Católica del Perú (Lima, Perú)
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