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Arquitectos: Peñafiel Arquitectos, Valdivieso Arquitectos
- Área: 1130 m²
- Año: 2016
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Fotografías:Francisco Croxatto Viviani
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Proveedores: Arauco, CUBIERTAS NACIONALES, Sikkens, Timber
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Se nos encargó un master plan y el diseño de toda la infraestructura para un campo a los pies de la cordillera en la localidad de Huelquén, cuyos faldeos de cerros fueron plantados de viñas y su parte plana, de pasto para forraje. El proyecto buscó reunir todos los servicios del fundo en un mismo pabellón, bajo una sola sombra, conformando un centro de operaciones para esta unidad agrícola, al modo de las antiguas Llaverías de campo, que reunían todas las cosas que se guardaban “bajo llave” en un mismo lugar.
Ubicado junto al camino de acceso al campo,- servidumbre de paso hacia los campos que se internan más arriba en la cordillera-, el proyecto aparece con toda su potencia frente al visitante. Reúne bajo una misma cubierta angosta y larga, 3 unidades fundamentales: la primera de oficinas y comedores para los trabajadores, una segunda unidad de maquinarias, herramientas y productos, y una tercera destinada a los caballos. Dos vacíos atraviesan la crujía del edificio interrumpiendo su desarrollo longitudinal de casi 100 metros, conformando así dos zaguanes, que hacen de mediadores entre estas tres unidades y dejan pasar la vista, la luz y el viento de un lado al otro del edificio.
La cubierta a dos aguas de esta gran nave se abre en sus extremos, quedando ambas aguas separadas. Este gesto se acentúa hacia el sector de las caballerizas, con un pequeño giro en 15 grados del agua poniente, que contiene las pesebreras. Este giro permite asolear las pesebreras durante el día, mientras la otra agua se mantiene en la misma dirección, paralela al camino, sirviendo de sombreadero para los caballos durante la faena diaria de limpieza de las caballerizas. El proyecto resuelve con una serie de detalles, muchos de los temas propios del cuidado de los caballos: el bebedero, las amarras, los postigos que se cierran todas las noches, la sala de monturas, los montureros, los comederos, etc.
La estructura fue diseñada en base a una serie de encajes propios de la carpintería tradicional, pero resueltos con tecnología de hoy, mediante la mecanización de la madera. Esto nos permitió eliminar una gran cantidad de herrajes metálicos que prácticamente no aparecen a la vista. El montaje de esta estructura prefabricada debía ser muy preciso para calzarlo perfectamente sobre el zócalo y las basas de hormigón visto, que fueron ejecutados previamente en el lugar, con moldajes de madera tableteada.
Una vez montada esta estructura prefabricada de madera mecanizada, se trabajó artesanalmente con carpinteros de la zona, en base a madera de pino de secciones estándar. De esta manera, la obra es el resultado de un trabajo muy coordinado entre tecnología avanzada y artesanía. Fue fundamental en este aspecto la asesoría de Playgood, que nos entregó una serie de soluciones para los encuentros y uniones de madera.