Los 21 proyectos que conforman la Selección Oficial del Pabellón de México en la 16. Muestra Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia convergen en latitudes, regiones geográficas y ecos del territorio a partir del “Freespace” curatorial. En cuatro tiempos, compartiremos las obras y pensamiento de cada uno de los participantes que representarán a México en Venecia. Sigue leyendo para conocer la cuarta parte de los proyectos.
Haciendas del Mundo Maya / Javier Muñoz + Mario Peniche + Augusto Quijano + Alejandro Valles + Jorge Carlos Zoreda
Inmersos en la densa selva baja de la plana península de Yucatán, se encuentran los vestigios de estas haciendas, como piezas inconexas en ruinas, que durante el auge henequenero de los siglos XVII y XVIII sirvieron como estancias y fábricas. El desafío fue hacer habitables estas ruinas sin que perdieran edad y convertir este grupo de piezas dispersas en un conjunto en el que el paisaje y la geometría den sentido a un nuevo orden que las integre. En la composición se insertaron piezas nuevas que completan el programa arquitectónico y les permiten funcionar como hoteles. La presencia de estos nuevos elementos arquitectónicos se subordina a los vestigios, a los que ceden el protagonismo para conservar el sentido del lugar. Habitar la ruina y ser contemporáneos fue el reto que condujo las acciones de este proyecto, que pretende ser respetuoso con el territorio, el paisaje y la historia de estas haciendas.
Donceles / Juan Carral Arquitectura + O’H Abogados + Juan O’Gorman + Pablo Gutiérrez de la Peza
Donceles es una muestra de cómo se vive en muchos lugares de nuestro país. Vivienda abandonada, espacio público desatendido, problemas de servicios públicos y un tejido social lastimado, olvidado. Todo esto en un escenario de construcciones repetidas, de baja densidad. Nuestro proyecto apuesta a que la arquitectura, por medio de la densidad e intensidad en el uso de suelo, sea una herramienta de transformación urbana con estructuras sencillas, replicables, que inviten a nuevos habitantes a estas zonas, resuelvan actividades comerciales en planta baja y activen sus azoteas para ver el paisaje desde otro ángulo. Se pretende borrar los límites de la propiedad privada y generar un proyecto social y económico sustentable.
Hotel Punta Caliza / Estudio Macías Peredo
Pensemos en las arquitecturas y ciudades inundadas más como una experiencia lúdica que como una catástrofe. El material abundante es el agua y su condición líquida, masa que puede traspasarse, dibuja nuevos límites, posibilita conexiones y construye oportunidades. Llenar el vacío sin obstaculizarlo, facilitar otras maneras de relacionarnos con el espacio. Inundar el patio y parte del solar aísla y conecta de modo poco convencional el uso de este pequeño hotel.
Iglesia del Pinole / Carlos González Lobo + María Eugenia Hurtado
Esta obra resalta un objeto arquitectónico edilicio: sobre un terreno, sistema espacial que alberga y posibilita una actividad habitable y organizada de manera geométrica para su construcción estable y duradera. El producto se ajusta y redacta como texto situado entre un contexto y un pretexto, en su contexto preexistente natural y cultural, y su pretexto genésico e inevitable. Expresión significativa de un subtexto para el goce de los usuarios y trascendencia del agente cultural activo: el proyectista.
Miradores / S-AR
Esta abstracción representa los dos volúmenes que conforman los miradores. Dos espacios semejantes, inscritos en dos perímetros rectangulares casi idénticos, uno ligeramente más grande, perforados en la piedra. Espacios similares con programas complementarios: un espacio de reunión y contemplación, representado con un círculo dentro de un rectángulo pequeño, y un lugar de descanso, corporeizado en una barra dentro de un rectángulo más grande. El círculo y la barra son figuraciones del mobiliario colocado en cada mirador: un fogatero circular y una banca rectangular, entendidos como los habitantes singulares de dos especies de islas, inscritas en los perímetros.